Artemio le da la cara a su discapacidad trabajando arduamente para ganarse la vida de manera digna, pese a que algunos, confundidos, asumen que está pidiendo limosna.
Tlaxcala, Tlax. En un mundo que a menudo subestima a las personas con discapacidad, Artemio López Santillán de 28 años, es un ejemplo de independencia financiera y perseverancia. Originario del Municipio Xaltocan en Tlaxcala, este emprendedor ha superado numerosos desafíos para construir su propio camino hacia la independencia financiera.
Artemio López Santillán tiene una discapacidad motriz, para ser específicos se llama espina bífida, aun así decidió emprender la venta de dulces como una forma de ganarse la vida. Sin embargo, esta elección no fue fácil, ya que se enfrentó a la adversidad desde el principio: «Algunas personas no te ven con buenos ojos», comenta Artemio, señalando la discriminación que enfrenta por su discapacidad.
Aunque ha enfrentado desafíos difíciles, como la experiencia de un joven bajo la influencia de sustancias que intentó agredirlo, él no se rinde.
«Es un poco peligroso también, porque como yo ando solito, pues me han querido agredir alguna vez, en esa ocasión me dio miedo y tuve que irme».
Desafíos diarios en la movilidad y la accesibilidad
Para Artemio su día laboral inicia a las 9 de la mañana y termina a las 8 de la noche, abarcando 12 horas diarias de lunes a viernes, sin embargo uno de los mayores desafíos diarios al que se enfrenta López es la movilidad, especialmente al trasladarse y realizar tareas cotidianas como ir al baño.
«Dependo de familiares o amigos que me traigan, ya que el transporte público no siempre es accesible para personas con discapacidad».
Además, el transporte público presenta dificultades, ya que no todos los espacios están adaptados para personas con discapacidad, y la falta de conciencia de algunos complica aún más su experiencia.
«Si no me traen, tengo que usar el transporte público, que no siempre es apto para personas en silla de ruedas. Las combis son difíciles de abordar, y la gente a veces se molesta».
A pesar de estos obstáculos, Artemio ha encontrado apoyo en algunos miembros de la comunidad. Sin embargo, reconoce que la recepción no siempre es perfecta. Algunos, confundidos, asumen que está pidiendo limosna, cuando en realidad está trabajando arduamente para ganarse la vida de manera digna.
«Es complicado, hay personas de buen corazón que compran un dulce y adicionalmente una moneda, pero también hay quienes no entienden que estoy trabajando y se nos ve como algo raro, como si estuviéramos pidiendo dinero».
En cuanto a sus ingresos, Artemio comparte que, aunque variable, su trabajo adicional le aporta un 20% de ingreso adicional a su salario formal.
Sin embargo, enfrenta gastos considerables, especialmente en medicamentos y dispositivos de higiene, que son esenciales para su calidad de vida que van desde los 150 hasta los 200 pesos diarios, sin contar los gastos con especialistas y el traslado, ya que únicamente la Ciudad de México cuenta con los servicios médicos que necesita.
Asimismo, Artemio destaca la falta de conciencia y comprensión en la sociedad hacia las personas con discapacidad. Señala que, aunque existen algunos avances en la accesibilidad laboral, aún hay muchos lugares que no están dispuestos a aceptar a personas con discapacidad en igualdad de condiciones.
«Somos personas entre comillas igual que ellos, tenemos capacidades diferentes, pero merecemos respeto y oportunidades».
En cuanto a su mensaje para aquellos que podrían subestimar a las personas con discapacidad, Santillán enfatiza que, aunque son diferentes en capacidades, merecen respeto y oportunidades justas. Su deseo es que la sociedad comprenda las dificultades y barreras que enfrentan diariamente y que se esfuerce por crear un entorno más inclusivo.
«Somos seres humanos con sueños y metas, necesitamos más espacios inclusivos y oportunidades laborales».
Artemio reconoce las limitaciones de la sociedad para aceptar a las personas con discapacidad. Sin embargo, espera que su historia inspire comprensión y empatía, abriendo camino para un futuro más inclusivo.
En el camino hacia la independencia financiera, Artemio López Santillán es un recordatorio de la fortaleza y determinación que existe dentro de la comunidad de personas con discapacidad.
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