¿Cuánto tiempo tiene que pasar en Tlaxcala para que sus gobernantes superen esas formas de hacer política arcaicas e inútiles, que en lugar de darles buena imagen solo les invalidan, convirtiéndoles en voces innecesarias para los procesos democratizantes, progresistas y en favor de los derechos humanos de las poblaciones que tradicionalmente han sido invisibilizadas?
Ese será un día que con seguridad no le tocará al diputado local Jorge Caballero Román. No le tocará verlo, porque tampoco lo está construyendo.
Esto demostró en el evento al que convocó el Movimiento Nacional de Personas con Discapacidad (PcD) en Tlaxcala. Pues creyó conveniente el uso de la voz en el escenario que allí se montó para dar cátedra de lo que no se debe hacer en actividades organizadas desde poblaciones diversas para poblaciones diversas.
¿Acaso no se le ha encomendado contribuir a que haya Una Nueva Historia en el estado?
Enseñanzas muy pertinentes para ser enumeradas; y con ello, evitarle a otres penosas actuaciones.
1. No agradezcas si no convocaste y si tampoco es un evento para ti
«Quiero agradecerles el esfuerzo que están haciendo, a los familiares que vienen con las personas con algún tipo de… No hablemos de discapacidad, de capacidades diferentes, por que todos tenemos la capacidad de hacer lo que sea».
Colgarse medallas ajenas avisora un manejo pobre de discurso, poca empatía, cercanía y sensibilidad ciudadana. Para muestra, decir capacidades diferentes. Un punto que más adelante extiendo porque no fue la única vez que ocupó el término.
Por ahora, compartir para ustedes que probablemente no estuvieron, que el enlace del Movimiento Nacional de PcD, Gabriela Hernández, había terminado de hacer uso de la voz para explicar la terminología correcta en materia de discapacidad.
Y para que estén en sintonía, aquí un par de imágenes elaboradas por Demej AC, flyer que le fue entregado al diputado antes de su intervención.
2. Las personas con discapacidad no viven «pequeñas barreras»
Aunque así le parezca al diputado morenista, las PcD se enfrentan violencias sistemáticas que distan de ser pequeñas. Lena Teloxa, de Demej AC., ha insistido en alguna de ellas como las actitudes distantes de la población, la poca accesibilidad a estructura, empleo y a la salud, así como a situaciones discriminantes vinculadas a la mentalidad que, echando de mi cosecha, continúan nombrándoles como personas con capacidades diferentes.
Habrá que comentarle a Caballero Román que tener amistad con padres de personas con discapacidad no es suficiente para atreverse a opinar sobre el tema.
3. Los padres de PcD no tienen la culpa ni una discapacidad para educar
«Como papás tenemos un poco de culpa, porque si nuestro hijo o hija tiene alguna capacidad diferente, nosotros más bien somos los que tenemos la discapacidad por tanto consentimiento, por no querer que si no hay una rampita, no queremos que hagan nada para que no se vayan a caer. Hay algunas personas que sí pueden lavar los trastes, pero que no pueden caminar».
Después de respirar un poco para pasar de nuevo el coraje de transcribir los dichos del diputado, dejo para la reflexión dos preguntas, ¿tendrá idea Caballero Román del tiempo, recursos y disciplina que debe tener una PcD y su familia para lograr con terapia avanzar en actividades motrices? ¿tendrá consciencia de que esto va acompañado del acceso a sillas de ruedas, muletas, prótesis, entre otros apoyos funcionales?
Cuando lo interiorice, ahora sí que levante la voz. Pero que lo haga en la Comisión de Derechos Humanos, Grupos Vulnerables y Derecho de Niñas, Niños y Adolescentes. Aunque en este momento no forme parte de ella.
4. Las PcD son personas normales, anormal puede ser tu perspectiva de derechos humanos
Y más que anormal, inexistente.
No hay más que agregar aquí más que manifestar de nueva cuenta la indignación de algunas de las y los miembros de la sociedad civil convidados del evento. Pues ya vamos cuatro faltas y el diputado había ocupado el micrófono apenas dos minutos con tres segundos.
5. Politizar el evento es sumamente triste. Ejemplo, nombrar a la gobernadora
No es la 4T sino la forma tradicional de hacer política. Asegurar que la gobernadora sabe lo que las PcD requieren fue tan vacío e innecesaria como su participación. Valdría la pena considerar acciones de incidencia política reales, como regresar a la intérprete de Lengua de Señas Mexicana a la Televisión de Tlaxcala. Quizá a otra persona, porque dicen quienes la estudian, dicho sea de paso, que no era tan buena.
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Y no puedo irme del teclado sin mencionar a tres personas en torno a los eventos afortunados alrededor del mismo evento.
Uno, a la maestra Gabriela Hernández por impulsar la agenda de las PcD ahora desde sociedad civil luego de no haber sido considerada para continuar con esta labor desde el sector público. Que alguien le avise por favor al legislador que la ahora enlace del Movimiento Nacional de PcD ya no está al frente del Instituto Tlaxcalteca para Personas con Discapacidad (ITPCD). Una medida con molde implementada por su partido aquí y en otras entidades para seguir empoderando a la Secretaria del Bienestar.
Dos, a Demej AC por su constante labor en la promoción de las mejores vías para la dignificación de esta población. Y quien entre sus actividades, curioso que el 16 de noviembre hayan hecho llegar un oficio a todas y todos los diputados de esta LXIV Legislatura sobre el uso correcto de la terminología. Contenido del que Caballero claramente no se apropió.
Tres, a la diputada Diana Torrejón, presidenta de la comisión de Derechos Humanos, Grupos Vulnerables y Derecho de Niñas, Niños y Adolescentes. También se presentó, con muy bajo perfil, a entregar los apoyos que le solicitaron quienes convocaron. Marcho un poco con el contingente y se fue sin requerir el uso de la voz.