- Le pidieron facturas por concepto de «eventos» para poder pagarle su dinero.
Tlaxcala, Tlax. Todo comenzó el 14 de diciembre. Julieta, a quien nos referiremos así pues pidió que no fuese mencionado su nombre, solicitó a CAPAM un registro de agua. Al llamado llegó una brigada de CAPAM para valorar la situación; sin embargo, le comentaron que sería difícil la realización de su servicio. En consecuencia, tenían que rascar para conectarse al drenaje. Ella aceptó, pues le comentaron que era la única solución.
El ingeniero que llegó coordinando a la brigada le mencionó a Julieta que tenía que pagar primero para que el servicio pudiera realizarse, por lo que se dirigió a las oficinas de CAPAM a pagar por el servicio que le iban a realizar. Le cobraron $6,000. El servicio era urgente para ella, pues el drenaje cada vez votaba más en su domicilio, así que la persona accedió a pagar lo que le pedían.
Con el recibo en mano, la brigada comenzó colocando una guía para encontrar el drenaje y poder rascar de manera rápida y certera; sin embargo, una vez rascado, la guía del drenaje no se encontraba ahí. El personal se enojó con Julieta, por lo que ella les dijo: “No concibo cómo usted manda a que se haga algo, sin estar seguro de lo que está haciendo”. Molesto el encargado de la brigada de CAPAM, ordenó que cerraran el hoyo que habían realizado y se retiran.
La persona al no ver resultados, pidió al ingeniero de la brigada de CAPAM que le devolvieran su dinero, pues lo que habían hecho no costaba ese dinero: Abrir un hoyo, ver que no era el lugar y taparlo. Él no respondió de manera educada, refiere Juliana, pidiéndole que se acercara a las oficinas para hacer el reclamo.
Un «ir y venir» para Julieta
La persona se presentó en las oficinas; explicó todo lo sucedido y pidió su reembolso. Es aquí donde empieza un “ir y venir” que ya le perecía interminable. El personal de CAPAM le dio largas; entre que “no está el director”, “no está la contadora”, etc. La persona no desistió entre las mentiras que poco a poco se dio cuenta que le decían para no reembolsarle su dinero.
Es hasta que se acercó a la presidencia municipal a pedir ayuda, donde recibe una solución. Al llegar, la dirigieron a la Secretaría de Ayuntamiento, quien se puso en contacto con CAPAM. Le pidieron volver a las oficinas de CAPAM asegurando que ya le entregarían su dinero. Juliana se presentó para recibir otra evasiva, pues la persona que las iba a atenderla se encontraba en confinamiento, le dijeron; y que mejor regresara en quince días.
Entonces, la Secretaría de Ayuntamiento le realizó una cita con el director. Ella acudió y la recibió el secretario personal del director. Al no ver resultados con los compromisos anteriores, le pidió que le realizara un papel donde le aseguraran que le iban a pagar; «porque la palabra a esta altura ya no tenía valor», sentenció en entrevista.
En seguida, trataron de darle un papel escrito a mano; la persona se molestó, porque seguían “jugando”. Así que pide formalidad en el papel, con el sello de CAPAM, a lo que le dieron un “convenio” con la fecha en la que le pagarían.
Sin embargo, una vez más le mintieron y no le devolvieron su dinero.
Otras vueltas más y por fin, el reembolso
Después de otro disgusto, vuelve acudir a la Presidencia Municipal, quienes volvieron a llamar y a realizar otra cita con el director de CAPAM. En esta ocasión el director ya estaba presente, pero pedía a la persona que consiguiera dos facturas de $3,000 (tres mil pesos) y que dijeran que hubo un evento en CAPAM. La persona molesta, le pregunta el por qué debe conseguirlas, si la persona quería que le devolvieran su dinero, no le iba a vender nada. Así que una vez más regresó a la Presidencia Municipal quienes reconocieron que eso no es legal.
Nuevamente, le solicitaron que acudiera a las oficinas de CAPAM. Al hacerlo, el personal les dijo que ellos no la habían citado. Julieta se enervó por enésima ocasión. Habló al Ayuntamiento para comunicarles lo que estaba pasando. Todo lo hizo mediante una llamada al número que le habían proporcionado en la presidencia; esto dentro de la oficina del personal de CAPAM.
Es ahí donde el personal de CAPAM le habla al que fue encargado de la brigada, diciéndole “ya sabes eh, luego nos arreglamos, pero consígueme dos facturas”. Las facturas que le pedían a la persona ahora se las pedían al encargado de la brigada.
Finalmente, es hasta el 9 de febrero que le regresaron su dinero. La ciudadana llegó a las oficinas y pasó. Una vez dentro le hicieron firmar que su dinero le fue entregado. Sacaron de un archivero un sobre amarillo “de esos que le dan a los trabajadores”, refirió. El sobre contenía sus $6, 000.
Se le hizo muy extraño que no la mandaran a las cajas de CAPAM o que no le dieran un cheque; sino que lo sacaron de un archivero.
Te puede interesar: Denuncian Acoso Del Comandante De Proximidad Social En Tlaxcala