NTlaxcala, Tlax. En los albores de 5 de enero de 1801, un movimiento inquietante surgió en el reino de la Nueva Galicia, agitando el tranquilo paisaje con un misterio ancestral que cobró vida en las tierras de Tlaxcala.
La leyenda hablaba de un rey de tiempos remotos, resurgiendo de las sombras para desafiar el orden establecido y convocar a una insurrección que sacudiría la Nueva España.
Los orígenes de la rebelión
La carta, difundida por los caminos nayaritas, propagó la noticia de un levantamiento indígena que despertó curiosidad y temor entre aquellos que escucharon sobre la supuesta reaparición sobrenatural.
En aquellos tiempos del siglo XIX, la Nueva España se debatía entre la difusión del pensamiento ilustrado, las exigencias de la corona española y el distanciamiento creciente de la identidad colectiva de lo español.
Aunque los descontentos y las aspiraciones de cambio eran principalmente del ámbito criollo, la carta que convocaba al rey indígena de la máscara de oro generó un llamado a todos los naturales para reunirse en Tepic y apoyar su reclamo por el dominio de esas tierras.
El misterio del rey indio Mariano
El rey indio Mariano, un personaje sin rostro revestido de detalles fantasmales como cascos, petos y una misteriosa máscara de oro, se convertía en el epicentro de una rebelión destinada a desafiar el orden establecido.
Las cartas que circulaban eran claras: la rebelión conduciría al rey indio hacia el completo dominio de la Nueva España, convocando a indígenas de todas las edades a unirse en Tepic para respaldar su llegada.
Este enigmático rey, nacido en Tlaxcala, se había convertido en una leyenda que se expandió por el occidente del virreinato. La historia sugería que había sido presentado ante el «rey de España», superando pruebas que lo avalaban como el monarca legítimo para reclamar su premio: el dominio de todo el reino.
El enigma desvelado: ¿Quién era el indio Mariano?
A pesar de las autoridades virreinales de la Nueva Galicia que indagaron sobre el enigma del indio Mariano, sus investigaciones solo lograron revelar fragmentos de información sobre este rey antiguo de su nación.
Se le consideraba un santo entre los indígenas, portador de la máscara de oro y vinculado incluso a la adoración del Niño Dios en Belén. A pesar de su incorporeidad, movilizó pueblos enteros.
La rebelión y su represión
Los llamamientos a la rebelión no cayeron en saco roto. Algunos alcaldes indígenas fueron arrestados, revelando preparativos de levantamientos en varios pueblos. La respuesta represiva fue inminente, desencadenando enfrentamientos menores y la captura de cientos de indígenas rebeldes que fueron encarcelados.
A pesar de la intensa movilización indígena, el escurridizo indio Mariano logró eludir a sus perseguidores, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y resentimiento entre los indígenas novohispanos.
El legado persistente de Mariano
Aunque su rastro se desvaneció en la Nueva Galicia, la figura de Mariano no desapareció por completo. Nueve años después, durante la campaña de Miguel Hidalgo, los rumores resurgieron, situándolo entre las filas insurgentes y convirtiéndolo en un símbolo de lucha contra la opresión.
La historia del indio Mariano, nacido en Tlaxcala, persiste como un enigma intrigante que dejó una huella imborrable en la lucha por la identidad y la resistencia de los pueblos indígenas en la historia de la Nueva España.
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