Existen dos Pedro Francisco Rodríguez Vázquez. Uno cometió un delito en Huamantla, Tlaxcala el 08 de noviembre de 2021 y justo ese día, otro trabajaba en una funeraria en San Felipe, Guanajuato.
Los investigadores de la fiscalía de Tlaxcala, encontraron al supuesto criminal a través de una base de datos y vinieron por el joven guanajuatense, detenido hace un mes, por el delito de llamarse igual que un asesino.
Ahora está en la cárcel, en Apizaco, desde donde clama justicia.
Los familiares de Pedro Francisco, el guanajuatense, han evidenciado la serie de anomalías que ha sufrido el paisano.

Frente a una juez en Tlaxcala, la familia llevó a compañeros de trabajo de Pedro Francisco para dar su testimonio de que, el día del crimen, el joven de 24 años, se encontraba en su trabajo, como auxiliar en una casa funeraria.
Incluso, un familiar de uno de los difuntos de ese día, trató de explicarle a la jueza que era imposible que Pedro Francisco estuviera en dos ciudades al mismo tiempo.
Pero en México, específicamente en Tlaxcala, los testigos no fueron suficientes y las autoridades decidieron encerrarlo como delincuente de un crimen que no cometió. Las prueba que tenían: su nombre y una copia de su licencia de manejo, por cierto, vencida.
Así se lo llevaron. Así lo tienen en la cárcel.
En San Felipe, Pedro Francisco, es muy conocido.

La ciudad todavía es muy es chica y, es fácil reconocer el trabajo de algunos, pero Pedro Francisco destaca porque, además de ser muy servicial, es muy atento en temas tan sensibles como la muerte de un familiar.
Por eso varios lo reconocen por su apacible actitud, quizás porque su papá es el sacristán del templo principal de la ciudad, ayudante muy cercano al párroco.
De hecho, muchos se han cooperado para enviar dinero a los papás de Pedro Francisco, (Don Pedro y Doña Lourdes) quienes desde hace 30 días, viven en Tlaxcala, para explicar a todo mundo, que su hijo es inocente.
Su mala suerte fue llamarse igual que un delincuente.
*Texto original de elotroenfoque.mx
También puedes leer: «Justicia» tlaxcalteca: condenado a 90 años por un delito que no cometió