El pasado martes, como todos los días, Itzel salió de su trabajo a las 2 de la tarde. Siempre toma la misma ruta, camina por espacios públicos que a ella la hacen sentir segura. Sin embargo, ese día fue diferente. Sufrió un asalto con violencia por parte de Gustavo N.
Debido a que la ruta del transporte público que pasa por la Loma Xicohténcatl tarda en pasar, ella baja hacia el Bulevar del Maestro para hacer menos tiempo. Eran aproximadamente las 2:20 cuando caminaba sobre esa vía cuando sintió un golpe en el hombro que la hizo rebotar en la pared.
Era Gustavo N. que pedía le diera su celular. “Caminaba sobre la banqueta, llevaba mi bolsa cruzada y el teléfono en la mano, cuando siento el primer golpe en la parte del hombro y reboté contra la pared”.
Él le dio un puñetazo en el pómulo derecho, pero ella no cedió, entonces la siguió golpeando. La lastimó hasta que se dio cuenta que ella no le daría el celular, por lo que sacó una navaja. “De pronto en algún momento pensé que él me iba a dejar, pero sacó una navaja, me la puso en el cuello y me dijo: ‘me lo das o te va a cargar la chingada’”.
Le dio el teléfono y el hombre se fue corriendo. Itzel gritó para pedir ayuda. Afortunadamente una patrulla pasaba por la zona y con la ayuda de vecinos, el delincuente fue detenido en el Bulevar Ocotelulco.
Ella estaba adolorida y espantada, no sabía qué hacer, tanto los policías como la gente a su alrededor la motivaron a realizar la denuncia. Una señora desconocida la acompañó a la comandancia. “En ese momento me di cuenta que no estamos solas, que así como hay gente mala, hay gente buena”.
El trato de las autoridades
Ella narra que a pesar de querer irse a su casa encontró las fuerzas para continuar con la denuncia. Los policías y el personal de la policía municipal de Tlaxcala se portaron amables y empáticos con ella.
Sin embargo al remitirla a la PGJE, ahí le dijeron que tenía que esperar al menos 3 horas. Para ese momento ella ya no escuchaba, no aguantaba el dolor, no había tomado ningún medicamento.
Fue así como le permitieron hacer su declaración en la Unidad de Investigación del Delito. Asentando así su testimonio en la carpeta UITLAXD-3/169/2021. Ella confía en que la Ministerio Público, Mireya Corona Muñoz, con todas las evidencias pueda procesar al culpable.
Esto, a pesar de que tras dar su testimonio, empleados de la Procuraduría dijeron “es otro caso más, no tiene lesiones graves. En 48 horas va a salir”.
Itzel quiere justicia. La abogada del presunto culpable le pidió platicar con ella antes de la audiencia. Le aseguró que los padres de su agresor están dispuestos a pagar los daños. Ella no va a ceder.
“Yo quiero que se haga una sentencia, que no se quede así. Tengo un esguince cervical, dolor e inflamación en la parte del hombro hacia el cuello y en la nuca. El médico me dice que tengo que esperar para ver si es que no hay una lesión en el oído. Porque por la inflamación no pueden ver si es que está rota la membrana. En dado caso de que así fuese, yo ya no podré escuchar. Escucho solo un zumbido, no me pueden decir a ciencia cierta si habrá un daño permanente”.
Itzel tiene miedo. Aquel espacio por el que transita diariamente ya no es seguro para ella. Supo que su agresor vive en la misma colonia donde la atacó. Tiene miedo de que salga libre y lo encuentre otra vez, de que su familia, o sus amigos se venguen de ella por buscar justicia.
Confía en que todo procederá a su favor, porque Gustavo N. no sólo quiso asaltarla, quiso lastimarla, le pegó con odio, la lastimó tanto que lo único que busca es justicia, que sea sentenciado y no la dañe otra vez, ni a ella, ni a otra mujer.
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