La Pandemia de COVID-19 ha dejado un desbocable sentido de incertidumbre entre la población mundial, al preguntarse con temor ¿vendrán otras pandemias? ¿Qué otras amenazas microbianas se encuentran ocultas y listas para surgir? ¿Estamos preparados para otra pandemia?
Estas preguntas atemorizantes surgen cada vez que se anuncian reportes de brotes de otros microorganismos, reemergentes, como la influenza A(H1N1) o el ébola, que anteriormente ya han encendido alarmas sanitarias. O de nuevos agentes etiológicos, como los que han acaparado la atención de la comunidad científica y sanitaria en el mes en curso.
Y es que, a mitad de abril de este año, se empezaron a reportar casos de hepatitis aguda severa en niños menores de 10 años, cuyo origen es desconocido. Sin embargo, se ha podido identificar al causante de la enfermedad el cual es un virus. ¿Por qué a este brote de hepatitis, se le denomina así?
Hasta la fecha, los agentes causantes de la hepatitis (enfermedad inflamatoria del hígado) eran los típicos agentes causales de la enfermedad (Hepatitis A virus, B, C, D o E); sin embargo, los casos reportados están asociados a un nuevo agente viral conocido como adenovirus F tipo 41. No obstante, no es el único agente viral asociado, sino que otros adenovirus se han detectado en otros casos de la enfermedad, haciendo complicado definir quién es el agente principal.
Los adenovirus son virus que tienen como característica contener ADN como material genético y presenta una forma icosaedrica hexagonal. Los adenovirus pueden causar múltiples infecciones de vías respiratorias, conjuntivitis o gastroenteritis.
Hasta la fecha, la mayoría de los casos se han detectado en países europeos, siendo Reino Unido, España y Francia, así como los Estados Unidos, los países con mayor número de casos.
En México, los primeros casos fueron reportados en el Estado de Nuevo León, y hasta la fecha hay 45 casos identificados; de los cuales, uno ha fallecido, proveniente del Estado de Hidalgo. Los síntomas que se presentan incluyen fiebre, ictericia, fatiga, pérdida del apetito, nauseas, vómito, diarrea y dolor abdominal.
Existen evidencias que esta hepatitis podría manifestarse después de haber enfrentado infección por el virus causante del COVID-19 (SARS-CoV-2); pues se ha observado, que cuando un individuo cursa con la enfermedad, el coronavirus puede estimular respuesta inmune, la cual es potenciada cuando se expone a la presencia del adenovirus 41 y que puede desencadenar la respuesta inflamatoria en el hígado.
Aún falta mucho por confirmar si esta hepatitis puede considerarse una secuela post-infección por parte del SARS-CoV-2, o son casos atípicos; sin embargo, el alza de casos pone a las autoridades en estado de alerta ante un nuevo problema de salud pública, derivado de la pandemia de covid-19.
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