Tlaxcala, Tlax. Con la llegada de la pandemia por Covid-19 una de las festividades que se vieron afectadas fue el carnaval y por ende las personas que se ven beneficiadas económicamente por él.
Si bien el carnaval es un espectáculo que no a todos les gusta; es importante reconocer que detrás de esos bailables y trajes despampanantes hay historias de personas que han encontrado en esta festividad un ingreso económico que les permite tener una mejor calidad de vida.
Sin embargo con la suspensión de actividades a casusa de la Covid-19, ha provocado que quienes viven del carnaval hayan permanecido en silencio por alrededor de dos años; y ese silencio ha provocado que sus trabajos se detengan y por ende tengan que buscar otra fuente de ingresos.
Tal es el caso del joven Edibaldo Ibáñez originario de la comunidad de Santa Cruz Quilehtla, y quien se dedica desde hace cinco años a bordar las capas, el pegado de lentejuelas, las puntas y el armado de los plumeroles de los trajes de carnaval de forma manual.
Para Edibaldo el carnaval significa fiesta y convivencia con la familia; pero el 2019 esa convivencia se detuvo para dejarlos en un escenario laboral de incertidumbre.
«No nos imaginamos la magnitud del problema. Al principio nos dijeron que era una semana, luego más días y después suspendieron el carnaval; pensamos que solo se retrasaría un poco pero nunca nos imaginamos que iban a ser dos años sin carnaval. Cuando suspendieron el carnaval en 2019 íbamos prácticamente a mitad de carnaval y los trajes que aún teníamos terminados, fueron cancelados hasta nuevo aviso. Hace un año (en 2021) teníamos la esperanza de que hubiera carnaval y que la pandemia bajara; pero no fue así. Como a penas estamos iniciando en el negocio, no teníamos capital para invertir en trajes y tampoco teníamos la seguridad de que íbamos a venderlos.»
En estas condiciones de inseguridad Edibaldo, quien también es artista plástico, decidió incursionar en otros oficios para poder sostenerse económicamente.
«En esta etapa de pandemia tuve que incursionar en el oficio de los rótulos y pintura en general; además también trabajé en el área de confección de un taller que produce shorts deportivos. En conjunto eso fue lo que me mantuvo en pandemia.»
Actualmente Edibaldo se encuentra recuperando poco a poco su trabajo y con ello espera que el carnaval siga siendo un espacio que permita seguir con su vida.
«Para este año dijimos que teníamos que trabajar aunque sea con lo que teníamos; corriendo el riesgo de que volvieran a cancelarlo. Al principio dijeron que sí iba a ver carnaval y nuestros clientes empezaron a llamarnos para trabajar en sus trajes. Pero de repente se volvió a suspender y fue una situación triste porque ya empezábamos a tener trabajo y los pedidos ya estaban listos. Afortunadamente al final dijeron que sí iba a ver carnaval y eso nos permite seguir trabajando.»

Máscaras de madera
Por otro lado tenemos el testimonio del señor Tomas Reyes originario de la comunidad de Apetatitlán; y quien desde hace cincuenta años, junto a su padre y abuelo, se ha dedicado a crear máscaras de carnaval de madera hechas a mano. Para don Tomas el Carnaval es la fiesta de Tlaxcala porque todos los pueblos conviven y reciben las camadas de su comunidad.
Don Tomas compartió que desde que inició el oficio de creador y restaurador de máscaras para carnaval no ha podido dedicarse de lleno; esto debido a que a pesar de que las máscaras de carnaval tengan temporadas altas, esta labor es poco valorada. Situación que lo ha orillado a buscar siempre un trabajo alterno; sin embargo la pandemia de Covid-19 la incertidumbre laboral incrementó.
«Ha sido difícil porque trabajamos todo el año para poder vender y cuando se presenta una situación así ya no vendemos y nos ha afectado. En esas condiciones es difícil mantener este oficio. Entonces tenemos que buscar otra opción para poder subsistir.»
A pesar de que el señor Tomás siempre ha buscado la forma de obtener ingresos mediante otros empleos; durante la pandemia fue complicado que encontrara un trabajo que le permitiera sobreponerse pues su edad es un factor que le impide buscar moverse en otros espacios.
«Durante toda mi vida yo combiné ser obrero o empleado de algún centro departamental con el oficio de la máscara. Como mis años de servicio ya terminaron ya no es así; y actualmente me dedico al oficio de las máscaras de tiempo completo. Sin embargo con la pandemia las ventas han sido bajas y aunque hay clientes que nos buscan, siempre es importante tener otro trabajo. Por ejemplo, hubo clientes que nos apartaron máscaras antes de la pandemia; pero cuando suspendieron el carnaval, nos dijeron que iban a regresar después y teníamos el trabajo ahí parado.»
Para don Tomas era importante conseguir un empleo que le permitiera mantener sus gatos. Ante la ausencia de clientes tuvo que trabajar en una tienda departamental, en donde también ponía en riesgo su salud pues él se encargaba de ingresar a las personas; quedando expuesto al contagio.
Afortunadamente con la reactivación del carnaval don Tomas se dedica completamente al carnaval y espera que la situación siga mejorando para que pueda seguir trabajando en el oficio familiar.

Te puede interesar: Skate Park: Para que no ningunearan a Tetlanohcan, Yael creó un espacio para la paz.