Apetatitlán, Tlax. Este sábado se presentó la segunda función de obra de danza contemporánea «Disidencias Corporales» del Colectivo Visual y de Movimiento Espiral en el foro cultural Trayecto 3 en Apetatitlán.
Se trata de una pieza escénica conformada por tres momentos que se adentran en problemáticas que han fragmentado los tejidos sociales: personas desaparecidas y desaparición forzada, con una transversal fuerte sobre migración y trayendo a la memoria a los 43 de estudiantes de la normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
Al término, los miembros del elenco, Alberto Hiromoto, José Guzmán y José Ortiz, y su coreógrafo, Fausto Jijón Quelal, abrieron diálogo acompañados por la doctora Mila Paspalanova del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados en México.
Paspalanova fue la encargada de cerrar las provocaciones, que iniciaron desde el primer minuto de la obra, mediante la puntualización de aspectos clave para entender nuestras realidades en contextos de inseguridad.

Así, compartió que las edades de 7 a 14 años es en donde las infancias y adolescencias usan sus neuronas espejo para desarrollar respuestas empáticas o violentas, y que ese dependerá de su contexto inmediato: la familia. Luego entonces, cuestionó a los más de 30 asistentes sobre lo que tiene que vivir una personas para que al crecer ejerza violencias como la desaparición o la tortura de otras y otros.
Agregó, que otro fenómeno que resalta de la desaparición y desaparición forzada es la indiferencia por parte de las y los otros, quienes responden y accionan cuando las violencias se ejercen contra su propia tribu. Nuevamente, la familia.

Llegados a este punto y frente a las provocaciones desde el arte, cinco personas decidieron hacer uso de la palabra. Entre ellas, una madre preocupada por la educación de sus dos hijos y por los riesgos de salir actualmente a las calles; una mujer de la tercera edad, quien recordó cómo era la educación en casa hace unas décadas y lo ocupadas que se encuentran las madres y padres con más de uno o dos trabajos que se descuida la atención de las y los hijos.
Aunque el tenor de la conversación iba hacia la melancolía y el pesimismo, dos intervenciones fueron clave para levantar el ánimo hacia la posibilidad de construir un mundo más humano y sensible. Se trató de una mujer que compartió que dentro de su familia viven la realidad de muchas otras que cuentan con una persona desaparecida entre sus miembros y que llegó a Tlaxcala huyendo de su lugar de origen en el que vivió muchas violencias; no obstante, se dijo feliz de encontrarse ahora en un entorno seguro, cálido y libre de violencia.
La otra persona fue el hijo de la primer señora, que inspirado por las disidencias corporales, se dejó escuchar muy invitado para comenzar a sensibilizar a otras y otros adolescentes y niños, colocando una reflexión en la que muchas y muchos de los asistencia coincidieron, y en que Paspalanova respaldó, que toca trabajar codo a codo para reconstruir el tejido social.
Con esto, el Colectivo Visual y de Movimiento Espiral estuvo en Tlaxcala para proponer nuevas formas de construir audiencias desde el arte; no solo desde la provocación en escena, sino también desde la pertinencia de un diálogo que detone reflexión para repensar la acción en humanidad.
La agrupación agradeció las facilidades del espacio que les hospedó durante los dos días que se presentaron; particularmente, al director de Trayecto 3, Alan Vigueras, por su hospitalidad y compromiso.