Tlaxcala, Tlax. Hay palabras que por similitud pueden ser confusas o difíciles de diferenciar entre sí, como empresario, emprendedor y comerciante. Pues bien, vayamos al origen etimológico de cada una de estas palabras.
¿Por qué abordar este tema? Muchas veces, cuando una persona o un grupo de personas inicia un negocio, sea cual sea el giro, no sabe cómo denominarse o nombrarse, ¿cuál de todos estos giros es el que más aporta a la economía del estado? He aquí las respuestas.
Tlaxcalita la Bella está lleno de un sinfín de actividades que mantienen en curso la economía, una de las más conocidas es el comercio. Pero este se manifiesta de 3 formas distintas.
Actividades económicas y población económicamente activa en Tlaxcala
El papel del comerciante en Tlaxcala ha sido imprescindible. Pues de acuerdo con datos del gobierno del estado las actividades económicas que más aportan PIB al estado son los servicios comunales, los sociales y personales.
Otras de las actividades económicas que destacan son la industria manufacturera, el comercio, restaurantes y hoteles, servicios financieros, actividad agropecuaria, silvicultura y pesca, construcción, electricidad, gas y agua, minería, servicios bancarios imputados.
De acuerdo con Data México, en Tlaxcala al segundo trimestre del 2022 las ocupaciones con más trabajadores fueron los empleados de ventas, despachadores y dependientes en comercio con 35 mil; comerciantes en establecimientos 31 mil y trabajadores de apoyo en la construcción 31 mil.
Sin embargo, Tlaxcala está en números rojos al encontrarse en segundo lugar en la Tasa de subutilización de la fuerza de trabajo, lo que implica la suma de subocupados, desocupados y disponibles para trabajar con 33.1.
Lo anterior de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) del INEGI del segundo trimestre del 2022.
Así mismo, también es el segundo estado en la tasa de crítica laboral con un índice de 57.1. La crítica laboral es la suma de desocupados, subocupados, ocupados que laboran
menos de 15 horas a la semana, ocupados que buscan trabajo y/o ocupados en condiciones críticas de ocupación.
Finalmente Tlaxcala es número 1 en índices de informalidad laboral con 68.0; y en la tasa de ocupación en el sector informal con 44.2.
Pero por qué es importante hablar de ello, porque en muchas ocasiones el comerciante informal, al por menor, o de cualquier otro tipo, es percibido como «menos importante» para la economía.
Sin embargo, es más que evidente que la economía tlaxcalteca en buena medida la mantienen funcionando los comerciantes. Pero si aún no es suficiente, vamos al origen de las 3 palabras.
Comerciante
La palabra comerciante tiene su origen etimológico en el sustantivo latino commercium, el cual está compuesto por dos partes diferencias. La primera, el prefijo con-, que significa “conjunto”; segundo, el vocablo merx, que se traduce como “mercancía”.
Empresario
Por otro lado, empresario es probablemente la palabra más antigua de las 3 abordadas. La palabra «empresario» nace en la época medieval francesa.
En ese entonces se les denominada entrepeneur a quien se encargaba de utilizar los factores de producción -el trabajo de los ciervos [como se les nombraba en la época], los materiales y los recursos del señor feudal o del rey-.
Por ende, el entrepeneur debía asumir el riesgo para la construcción de edificios u otras construcciones. En pocas palabras, era el encargado de vigilar que todo el mundo hiciera su trabajo.
En un salto en la historia hasta la época industrial, el rol de un emprendedor fue evolucionando para pasar a ser el fundador y propietario de su propia «firma» asumiendo los riesgos de la misma.
Luego de ello, varios empresarios podían asumir en conjunto el control de una sociedad, o bien un propietario de abolengo (con mucho billete) contrataba a un empresario para que este administrara su negocio.
Emprendedor
Desde un punto de vista socio cultural se trata de una palabra nueva dentro de nuestro léxico. Sin embargo, el origen etimológico de «emprendedor» remonta al siglo XIII del verbo francés entreprendre que significa «hacer algo o hacerse cargo».
No obstante, también se puede afirmar que proviene del latín in, en y prendere que significa «tomar / agarrar», que a su vez se acuñaría como derivado a la voz francesa entrepreneur, mencionada anteriormente.
A principios del siglo XVI, la palabra se utilizaba para hacer referencia a los aventurares que viajaban al Nuevo Mundo buscando oportunidades en lo desconocido.
Por su parte, un atisbo más académico fue por el economista irlandés Richard Cantillon distinguiendo a un entrepreneur a quién se arriesga a comenzar un negocio sin tener garantizado un beneficio.
Pero es hasta 1911 que Joseph Schumpeter incorpora formalmente entrepreneur y al entrepreneurship (espíritu emprendedor) a su Theorie der Wirtschaftlichen Entwicklung /Teoría del Desarrollo Económico.
En la época actual el término emprendedor se ha revitalizado, para nombrar a los líderes de proyectos en búsqueda de oportunidades, aventuras, riesgos, inversión y gestión como la fuente de innovación y cambio.
Así pues, un emprendedor asume el riesgo de hacer realidad sus ideas y proyectos aún sin saber si será redituable o no, que como en la antigüedad va en búsqueda de aventuras.
Empresario o Emprendedor
No se angustien, aunque ambas palabras comparten la voz francesa entrepreneur, la misma palabra siguió dos caminos diferentes. Por un lado el entrepreneur administraba los negocios de alguien más y por el otro entrepreneur era quien decidía iniciar una aventura comercial por su propia cuenta.
El asunto es que el lenguajes y sobre todo las palabras que forman parte de él, están en constante cambio dependiendo de la época, su uso y quiénes se apropien de ellas.
Quién sabe, quizá en 50 años comerciante, emprendedor, y empresario tengan significados aún más diferentes que ahora.
Con todo este contexto histórico y lingüístico, ¿ya has podido averiguar que rol cumples tú en tu negocio? ¡Ojo! que ninguno es menor o mayor que el otro, sólo tienen características y enfoques distintos.
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