Disparos efectuados por agentes de Investigación Criminal de la Fiscalía General del Estado durante un operativo para cumplir con una orden de aprehensión causaron la muerte de una niña de ocho años, Alana Pérez Almanza, en San Miguel de Allende. Este trágico incidente pone en duda la actuación de los agentes y la aplicación de los protocolos y normativas que deben seguirse para garantizar la seguridad de la niñez y de las personas ajenas que pudieran estar en riesgo durante este tipo de despliegues.
Denuncia penal y búsqueda de justicia
El abogado Pablo González Sierra, representante legal de la familia de Alana, confirmó que ya se presentó una denuncia penal por el asesinato de la niña. En su declaración, el abogado exige que se tomen consecuencias y se apliquen sanciones penales contra los responsables, desde los agentes hasta los altos funcionarios que permitieron este lamentable incidente. “Lo que pedimos es que la Fiscalía investigue, y que se establezcan responsabilidades”, expresó González Sierra.
Intervención cuestionada
El abogado también señaló que el operativo llevado a cabo por los agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) fue “no solo inadecuado, sino abiertamente negligente”. En su opinión, se violaron varios lineamientos legales, entre ellos la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza y el Protocolo de actuación de las instituciones policiales para el uso de la fuerza. Este protocolo establece medidas especiales para proteger a menores de edad en situaciones de riesgo durante intervenciones de este tipo.
El día del fatal incidente
Alana Pérez viajaba junto con su hermana en el asiento trasero de una camioneta conducida por un hombre que ayudaba a su padre, Alan Pérez, a llevar a las niñas a la escuela. Durante el trayecto, a la altura de la avenida Senderos, la familia fue interceptada por los agentes de la AIC. El padre de Alana relató que el vehículo de los agentes, un sedán blanco sin identificaciones, y el hombre que bajó con un arma no parecían estar uniformados ni identificados como miembros de la Fiscalía.
La confusión llevó a una persecución y un intercambio de disparos, en medio de los cuales, según lo narrado por el abogado, el padre de Alana intentó alertar a los agentes diciendo “¡vienen mis hijas conmigo!”. Sin embargo, en un momento, Alana le informó que había sido herida, lo que llevó a su padre a dirigirse al hospital La Joya.
Tres incendios forestales reportados simultáneamente afectan la entidad tlaxcalteca
La tragedia en el hospital
En el hospital, la familia fue alcanzada nuevamente por los agentes, quienes pensaron que se trataba de criminales. En medio de otro intercambio de disparos, dos agentes fueron heridos. Lamentablemente, Alana murió poco después de ingresar al hospital. Su padre y el ayudante fueron detenidos, y el abogado denunció que, tras la captura, Alan Pérez presentó lesiones que sugieren posibles abusos por parte de los agentes.
La versión oficial de la Fiscalía
La Fiscalía General del Estado, bajo la dirección de Gerardo Vázquez Alatriste, emitió un comunicado exonerando rápidamente a los agentes involucrados y responsabilizando al padre de Alana por poner en riesgo la seguridad de sus hijas. La versión oficial sostiene que la niña resultó herida durante un intercambio de disparos mientras los agentes trataban de cumplir con una orden de aprehensión contra Alan Pérez por tentativa de feminicidio.
La ley y los protocolos de seguridad
El abogado González Sierra subrayó que la Ley Nacional de Uso de la Fuerza es clara en cuanto a los procedimientos que deben seguir los agentes al enfrentarse a situaciones que involucren a menores. La ley establece que la seguridad de las personas ajenas, como los niños, debe ser una prioridad, y los agentes deben cumplir con protocolos que limiten el uso de la fuerza, especialmente en entornos con niños, como escuelas o centros médicos.
El pedido de justicia por parte de la familia
La madre de Alana, Marian Paulina Almanza, calificó la muerte de su hija como un feminicidio y pidió justicia. Señaló que su hija “fue víctima de un feminicidio cobarde” mientras su padre las llevaba a la escuela. Además, mencionó que la niña había sido víctima de la violencia y que su familia estaba preparando su fiesta de cumpleaños, que no pudo celebrarse por la tragedia.
“Mi hija merece justicia. Mañana iba a ser su fiesta, quería compartir con sus amigos. Todos la querían y no va a poder estar porque está muerta, necesitamos ayuda, por favor”, expresó con profundo dolor.
El caso sigue en investigación, y la familia de Alana exige que se esclarezca la actuación de los agentes y se haga justicia por la muerte de la niña.