Tlaxcala, Tlax. Hoy se llevó a cabo por medio del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C. el conversatorio Retos de la masculinidad y la trata de mujeres y niñas. El propósito era profundizar en la masculinidad que se vive en el Estado, a través de la mirada de hombres.
Los ponentes de este conversatorio fueron Jésus Júarez Reye, Roberto Muñoz Mendoza, Fernando Cuatecontzí Galicia y Emilio Muñoz Berruecos, quienes externaron reflexiones como hombres al pertenecer al grupo que en su mayoría ejerce la violencia.
Respondiendo así ¿Qué pasa con las violencias que ejercen los hombres? , ¿Cómo han ido avanzando en caer en cuenta de sus propias violencias?, ¿Qué miedos y retos les supone al trabajar en su violencia en una sociedad que se da por hecho la justificación de esta?
Los 4 retos de la masculinidad violenta en el Estado
La normalización pública y privada de la violencia en la sociedad
En este apartado los ponentes comentaron puntos específicos que se ven en el estado empezando con las instituciones, quienes durante años han intentado cambiar el discurso; pero en la practica no se ve reflejado. Siendo un ejemplo el poco porcentaje al acceso a la justicia que tienen los casos y precisión de las estadísticas de trasparencia, de feminicidio y violencia en el estado. Acompañado con el poco castigo judicial ante los agresores.
Otro punto fue la parte cultural, ante la dinámica de la vida estructurada que se ve en las comunidades. Esto conforme a diferentes ámbitos sociales, como educación, deporte, tradiciones y creencias, que normalizan el «poder» que tiene un hombre ante la mujer.
Por ultimo, la mutación y desarrollo continuo de la trata de personas en el estado ante las actuales circunstancias sociales y tecnológicas que se viven, que hace que la delincuencia organizada afine sus maneras de explotación y trata de personas.
La instalación de masculinidad violenta
Durante años, en la cultura del estado y del país, el papel del hombre ante los distintos ámbitos sociales se ha enaltecido. Esto ha dado pie a que desde pequeño se eduque a un niño con el pensamiento de que el debe ser el fuerte, no puede llorar, debe trabajar y llevar dinero a la casa. Y no abordando la educación con valores y principios para respetar al sexo contrario.
Uno de los ejemplos claros en el estado es la imposición del carnaval. Donde cada año los hombres muestran su «valor» recibiendo golpes para ver quién es mas fuerte.
Trampas que caen en los hombres por trasformar las violencias
Ante la marea verde que se a vivido los últimos años una de las trampas que se expuso fue, el acomodarse en las luchas de las mujeres para seguir gozando del privilegio de opinar. Cuando lo que se debería hacer es apoyar estos movimientos, reconstruyendo la posición y los argumentos del papel de la masculinidad, ante temas como responsabilidad sexual, agresión y violación. Proponiendo nuevas iniciativas y no solo juzgar y argumentar ante el discurso de las mujeres
El ser un constante violento en reformación, justificándote que vas a cambiar y caer siempre en actos pasivos agresivos, no asumir la violencia y minimizar acciones. Complementándolo con la frase » El logro mío hará un cambio», pensar que lo personal es suficiente, cuando se puede invitar a más hombres a una red de acciones y reflexión, comunitarias ante la violencia o actitudes machistas.
Transformación de la masculinidad violenta
El reto que presenta los hombres en nivel persona, comienza estando atentos de las trampas que en pequeñas acciones se caen en la masculinidad violenta. Y poder hacer el bien comun en espacios de dialogo de reflexión visibilizar las violencias y los riesgos de ella. Sobre todo empezando con el reconocimiento de las malas acciones que se llega a tener como hombre en algún punto de su vida.
A nivel social, se debe buscar metodologías que las masculinidades no caigan en la violencia. Empezando en la pedagogía local. Reformulando el plan educativo, desde la capacitación de docentes y restructuración de planes educativos. Por otra parte la exigencia de politicas publicas, justas y eficaces ante la situación del estado. Por ultimo punto, seguir fomentando y contribuyendo con la equidad de género