Tlaxcala, Tlax. El Impuesto Rosa o Pink Tax es el sobreprecio aplicado a los productos de higiene personal, así como a los servicios financieros para las mujeres. Lo que influye en la economía de las mujeres sin duda.
Ejemplos dónde se puede encontrar este impuesto rosa es en productos como rastrillos, desodorantes, shampoo, perfumes e incontables productos de higiene personal. Así como juguetes y ropa para niña.
Las mujeres suelen administrar el dinero en las familias mexicanas, por lo que la mayoría de la publicidad de productos del hogar van dirigidos a ellas también. Además de que las mujeres representan el grupo de consumidores más activos del mercado.
Por lo que las estrategias de marketing, empaquetado y publicidad van dirigidas mayormente a ellas.
Los números del Impuesto Rosa
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) constató que las mujeres pueden llegar a pagar hasta 17.22% más que los hombres. Además de que los productos dirigidos hacia ellas son más «femeninos» en cuantos a sus colores y presentaciones.
Aquí algunos ejemplos:
Y como ya mencionaba anteriormente, los productos también tienen cierta clasificación de color, y mientras que para los hombres son oscuros, sobrios y hasta discretos, los productos dirigidos para las mujeres son más vistosos y coloridos.
Así mismo, no sólo en los productos de higiene personal, juguetes y ropa existe ese sobreprecio, sino también en las aseguradoras, con el argumento de que «las mujeres viven más».
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) realizó un ejercicio para comparar el costo total de algunos seguros, tanto para hombres como para mujeres, así la diferencia.
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Además, en México también existe el impuesto rosa menstrual que se refiere a los productos destinados para la menstruación de las mujeres. Lo que hace algunos meses logró quitar el IVA a dichos productos. Sin embargo, se espera que en tanto nuestro país como en otros, estos productos sean de forma gratuita.
Como dato curioso, Escocia es el primer país en promover productos gratuitos para la menstruación.
Vender, vender, vender
En diálogo con Alfonso Espinosa, mercadólogo, ha dicho que la base mercadológica radica de la supuesta naturaleza de la antropología social. Misma en la que la mujer ha desempeñado un rol social de «acumulación» y «administración».
Dicha base conlleva el intercambio monetario, que en sus inicios, las monedas servían para embellecer al ser humano. Y quienes se vestían, arreglaban y calzaban mayormente eran las mujeres.
Por lo que el maquillaje, la ropa, los zapatos, el cuidado del cabello, de la piel, entre otros, ha formado parte de la vida de consumo de las mujeres desde hace décadas e incluso siglos.
El mercado por tanto busca elementos para darle «mayor valor» a un producto dirigido a las mujeres. Y por ello el sobreprecio en dichos productos.
Hay 3 momentos de la mercadotecnia:
- 1910-20 comenzaron los stocks y la industria se dio cuenta de que debía vender más productos.
- 1950 diferenciación en Estados Unidos.
- 1980-90 diferenciación por marca y por nicho.
La explosión de los EE. UU. y el estilo de vida americano, con la promoción de electrodomésticos, ropa, conductas, hábitos, productos de belleza, maquillaje, productos del hogar. Todos dirigidas hacia ellas.
Además de que los anuncios, comerciales y revistas promovían el consumo de ciertos productos para un cutis más lindo, un lindo cabello, el mejor cuerpo y ser también la mejor esposa. Aquí ejemplos.


Recomendaciones
Ahora que se conoce que las mujeres suelen pagar un 17.22% más que los hombres en ciertos productos, ¿qué se puede hacer al respecto?
- Comparar precios tanto en productos como en servicios financieros, antes de contratarlos.
- Tomar en cuenta que el mismo artículo puede ser más barato en otra tienda o establecimiento.
- Si es posible sustituye por artículos neutros, en el caso de los rastrillos, jabones, cepillos de dientes, gel para el cabello, entre otros.
- Si la diferencia del producto es una sustancia, fragancia u olor que no puedas reemplazar por la versión neutra (en el caso de perfumes, desodorantes o cremas), intenta utilizar una marca más barata para un producto similar.
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