Chivarrudas en Xicohtzinco rompen estereotipos de género al cambiar un baile exclusivo para hombres.
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Xicohtzinco, Tlax. Silvia Romero, mejor conocida como «La Cebollitas» por quienes la quieren, desde hace ocho años ha invitado a sus comadres, amigas y sobrinas a sumarse en el personaje de chivarrudas en el municipio de Santo Toribio Xicohtzinco, una tradición que era realizada únicamente por hombres en su comunidad.

Silvia es originaria del barrio de Santa Filomena en Santo Toribio Xicohtzinco y desde que era una niña sentía gran interés en aquellos emblemáticos personajes vestidos con chivatas, que brincan alto y que con su sentido del humor, lanzan versos a sus espectadores: Los chivarrudos.
Los chivarrudos: El Carnaval del Sur de Tlaxcala
El origen de los chivarrudos se remonta en la Revolución Mexicana y su personificación sirve para rememorar a los arrieros que trasportaban ganado y otros utensilios al Puerto de Veracruz; también trasladaban el ganado de Tepeaca, Puebla a las poblaciones de Tlaxcala por las vías de los caminos reales.
Su vestimenta se distingue por estar hecha de cuero de chivo, de ahí proviene su nombre. Los chivarrudos montan un pequeño caballo de madera que tiene una campana en el cuello, el sonido que emiten las campanas, le da identidad al chivarrudo. La máscara de los locos -también conocidos por su peculiar forma de brincar y decir versos- es de color rosa y tiene un bigote; acompañado de un sombrero multicolor.

En 2019 se declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial de Zacatelco la danza de estos emblemáticos personajes, que también es común en Axocomanitla, Huactzinco y Xicohtzinco.
A diferencia de la música de otras camadas tlaxcaltecas que se distinguen por ser de viento, el ritmo de los chivarrudos nace en el Teponaxtle. Y lo que los hace peculiar es su forma de socializar, pues lanzan versos con un tono pícaro.
Chivarrudas en acción, la primer camada de chivarrudas mujeres
La algarabía de los chivarrudos fue la razón por la que Silvia bailaba a lado de su esposo, Miguel Ángel, quien ha sido chivarrudo desde que era joven. A pesar de que Silvia bailaba a lado de una camada tradicional conformada por hombres, se dio cuenta que la limitaban en una de las acciones más importantes que es la quema del torito. Situación que la llevó a armar su propia camada de chivarrudas a lado de sus comadres.
«Los hombres nunca nos dejaban quemar, nosotras iniciamos por esa situación que queríamos ser puras mujeres para hacer nuestro propio remate».
Y fue así que en 2015 Silvia convenció un grupo de cuarenta mujeres para disfrazarse de chivarrudas e iniciaron la camada llamada «Chivarrudas en Acción». Actualmente hay más de cincuenta, entre niñas, jóvenes y adultas; y el baile reúne a familias enteras que se congregan cada año para festejar el carnaval.

A pesar de que las mujeres usan el mismo traje de chivo que los hombres y chamarra de cuero o de mezclilla, algo que las caracteriza es que no usan máscara; por el contrario, usan un paliacate que deja entrever sus ojos.
Al igual que los chivarrudos, la camada «Chivarrudas en Acción» también emite versos con picardía; e incluso otras mujeres les solicitan versos a sus esposos o hermanos. Entre risas y asombro por los mismos hombres, las chivarrudas buscan y ofrecen un espacio de diversión.
La camada Chivarrudas en Acción, se ha presentado en el Carnaval de San Lorenzo y en el de su municipio.
Chivarrudas en Xicohtzinco: El legado que deja Silvia en su comunidad
Silvia tenía claro que al cumplir cincuenta años debía retirarse de bailar como chivarruda, esto por el esfuerzo físico que implica el festejo. Es por ello que el pasado 2 de marzo, y en el marco del remate de la camada «Chivarrudas en Acción, organizó lo que ella hizo llamar «su retirada», en donde se congregaron más de cuarenta y cinco chivarrudas de su comunidad para pasear por las calles de Santo Toribio Xicohtzinco y bailar al ritmo del Teponaxtle.

Para Silvia, dejar de bailar como chivarruda representa una transición más en su vida, sin embargo, desea que la tradición siga vigente:
«A mí me gustaría que sigan la tradición, que no se pierda; que como la iniciamos siga funcionando en las nuevas generaciones».

Viridiana Godínez, amiga y vecina de Silvia, compartió que el legado que deja «La Cebollitas» es importante para las mujeres de Xicohtzinco pues marcó un parteaguas en su participación
«Es un ambiente bonito porque pues ella lo organiza, nos llama a todas, sus amigas, familiares y conocidas. Se hace un ambiente bonito entre todas las mujeres y pues es una convivencia muy fuera de lo rutinario».
En esa línea, Evelyn Cortés compartió que espera que la salida de Silvia no sea el fin de la camada «Chivarrudas en Acción», que piensan honrar el trabajo que realizó «La Cebollitas» con la suma de más mujeres en la camada y con más organización para que no se pierda una de las tradiciones más importantes de su municipio.

Con una sonrisa, Silvia «La Cebollitas» cerró un gran ciclo, dejando claro que «Chivarrudas en Acción» en Santo Toribio, cambió los estereotipos de género alrededor de un baile exclusivo para hombres, demostrando que la fuerza y la organización de las mujeres también puede modificar su cultura y tradiciones.
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