Tlaxcala. Cada año, el Día Internacional de la Mujer es un recordatorio de las luchas que aún están pendientes para garantizar los derechos de mujeres, niñas y adolescentes.
De acuerdo con datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), la violencia y desigualdad que enfrentan las niñas y adolescentes en el país reflejan una realidad que exige acciones inmediatas:
- 14 niñas y adolescentes fueron víctimas de trata de personas (en enero de 2025).
- En un solo mes, seis niñas y adolescentes fueron asesinadas.
- Más de 75,000 niñas y adolescentes han sido registradas como desaparecidas.
- 9,045 niñas y adolescentes fueron atendidas en hospitales por agresiones en 2023.
- 101,147 niñas y adolescentes entre 10 y 17 años registraron un hijo/a en 2023, muchas veces como resultado de violencia sexual.
Este año, por primera vez en Tlaxcala, un contingente de niñas y adolescentes encabezó la marcha del 8M.
Este hecho marca a las nuevas generaciones quienes están tomando la voz a falta de resultados en el Estado y en México.
Fight like a girl: Infancias en el 8M en Tlaxcala
María José y Frida que participaron en la marcha nos explicaron por qué decidieron unirse al contingente:
«Por la injusticia de todas ellas y todas las familias que perdieron a alguien. Yo marcho por todas, por mis abuelas que me imagino que en algún momento de su vida, solo por ser mujeres, sufrieron violencia o abuso. También nuestras madres nos han enseñado mucho sobre esto», comentó María José.
«Aparte de aportarnos muchísimos valores, nos puede enseñar a luchar por nuestros derechos y por nunca quedarnos calladas. En la marcha anterior, una chica que estaba desaparecida fue encontrada, y ahora su mamá marcha junto a ella.»
También pareciera que los compañeros de clase comienzan a comprender esta lucha de distinta forma:
“En la escuela me preguntaron cómo me había ido y recibí comentarios positivos de todos mis compañeros”, relató María José.
¿Qué piensan las cabezas de las familias?
El apoyo de las familias ha sido clave para que las niñas y adolescentes se sientan seguras y respaldadas, el padre de María José mencionó:
«Me gusta mucho la idea de que pueda expresarse, de que sepa de los movimientos que existen y que este está encaminado a que se logre la igualdad entre hombres y mujeres. Me pone muy contento que participe y que entienda la importancia de estos espacios.»
El acompañamiento y la educación en casa son fundamentales para generar conciencia sobre la igualdad de género desde una edad temprana.
Por otro lado, la madre de Julia, Ixchel, también participó a la marcha junto a su hija y destacó la importancia de este hecho:
«Es necesario que las niñas y adolescentes entiendan las situaciones y los contextos de vida que compartimos las mujeres. Eso las une y las lleva a actuar para marcar la diferencia.»
Durante la marcha, se leyeron nombres y testimonios de mujeres de distintas edades que han sido víctimas de violencia.
La participación de las infancias en este tipo de manifestaciones refleja un despertar colectivo y una toma de conciencia sobre las injusticias que enfrentan las mujeres en la sociedad.
Las niñas y adolescentes que ocuparon un lugar al frente de estas manifestaciones visibiliza las violencias que enfrentan y también, el miedo e incertidumbre comienza a dejar de apagar las voces de las victimas.