Tlaxcala, Tlax. Un museo suele ser un lugar donde se exponen objetos de interés cultural, tratando de preservar y promover posturas de ética, aceptadas por la mayor parte de la sociedad. El Museo Miguel N. Lira va más allá de la preservación de objetos, ya que se ha convertido en un lugar de fácil acceso para que las comunidades más vulneradas puedan ser visibilizadas ante la sociedad.
En el marco del 8M, una de las actividades más reprobables para la opinión pública local es la pinta y destrucción de lugares públicos. En entrevista con la directora del Museo Miguel N. Lira, Lic. Gabriela Conde, comparte para este medio lo que piensa al respecto de la participación de las mujeres en la marcha del 8M alrededor de la toma del espacio público y la infraestructura oficial por esta población.

Gabriela reconoce que la iconoclasia es una de las tantas maneras que tienen las mujeres de expresar el miedo y enojo ante la violencia patriarcal y machista, en donde varias mujeres han sido víctimas de desaparición, prostitución y feminicidio. Aclara que no es la única forma de expresión de un grupo social; sin embargo, respeta esta forma de expresión, pues es una manera de exigir que se respeten sus derechos para tener una vida digna.
Considera que la política pública cultural del Museo es brindar un espacio seguro a las personas más vulneradas, otorgándoles de manera simbólica y material los bienes públicos patrimoniales del Estado, involucrando a las infancias y adolescencias, a través de su participación en espacios compartidos mediante como la pintura y la literatura.
Durante la marcha del 8M, el Museo MNL se sumó a la causa, mediante la facilitación del acceso al museo para que las mujeres que participaron en la marcha pudieran tener un lugar seguro en donde descansar, hidratarse y levantar la voz a través del «tendedero de la vergüenza», en donde se exponen a personas que han violentado a las mujeres.
La directora afirma que dicho tendedero y pintas realizadas fuera del museo no se retiraron de inmediato para cumplir con el objetivo de dar visibilización a las denuncias de mujeres.
El brindar este espacio para este tipo de actos:
«Significa ponerles un MICRÓFONO, significa darles una pluma», recalca.
Estuvo presente un contingente de contención y apoyo conformado por personas que trabajan en el museo y un equipo multidisciplinario proveniente de otras dependencias como el DIF y la Secretaría de la Mujer, conformado por las psicólogas Lizbeth Tlamitzi y Nydia Rodríguez; las abogadas Estefanía Tapia y Alejandra Solis, y la paramédica Victoria Lima.
Cabe mencionar, que este museo fue el único de la zona que se unió a la manifestación a través de las facilitaciones que se proporcionaron a las mujeres del contingente feminista.
Aunado a esto se viralizaron en diversos medios locales las pintas realizadas al Museo de la Memoria, un museo que cerró sus puertas. En esta publicación, varios internautas se manifestaron en contra de las manifestantes señalándolas como «vandalistas».
Se puede apreciar la reacción de la población ante las respuestas de ambos museos. Mientras que uno abrió sus puertas para dar apoyo y visibilización a la comunidad brindando material para que se pudieran expresar, otro decidió no abrir sus puertas para resguardar el lugar. Con el primero la respuesta fue positiva y en tanto que con este último la respuesta de quienes se integraron a la marcha fue negativa.
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El Museo Miguel N. Lira continuará siendo un lugar para poder reunir a comunidades vulnerables
Las actividades que reúnen a comunidades vulnerables para que puedan expresarse a través del arte continuarán, como la elaboración de la cenefa feminista, que reúne la creación artística de varias muralistas. Gabriela mencionó que con este proyecto se planea convertir dicha cenefa en un mural con un mensaje simbólico de que el Museo MNL «trae calle».

El Museo Miguel N. Lira es un lugar donde se reúnen personas para compartir e intercambiar ideas a través de talleres como «Textos Textiles», un taller que se impartió con la guía de la maestra Violeta Tapia, con la finalidad de reflexionar desde una postura feminista mientras se dio inicio a un bordado, que se planea presentar en el mes de noviembre.
Finalmente, Gabriela mencionó que desde hace tres años se ha publicado «Tlaxcala lee a las mujeres», una antología que cuenta con tres volúmenes en donde se han publicado poemas de una niña y mujeres. La mayoría de estas escritoras son oriundas del estado. Durante este mes se ha difundido la lectura de dicha antología en diferentes escuelas del estado a través de las «Jornadas de Lectura» organizadas por el mismo museo.
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