Puebla. Diez alumnas de la Universidad Iberoamericana Puebla fueron violentadas física y psicológicamente por Miguel N., quien estudiaba la Licenciatura en Ciencias Políticas; una de sus víctimas es tlaxcalteca.
El joven agresor es recién egresado de dicha casa de estudios, durante toda su vida universitaria tuvo la beca Pedro Arrupe, la cual inhibe al 100% el pago de colegiaturas a estudiantes de zonas rurales o indígenas. Además, cubren los gastos de titulación y proporcionan ayuda para alimentación.
Esto, con el objetivo de que jóvenes en condiciones vulnerables puedan acceder a estudios universitarios. Sin embargo, Miguel, bajo estas condiciones se aprovechó de sus víctimas, quienes también eran beneficiarias de la misma beca. A excepción de dos; siendo una de ellas, una joven de Tlaxcala.
En entrevista, comenta: “Se hizo un papel de víctima, luchador social, que sufrió mucho y hacía esfuerzos por sobrevivir. Fue un choque muy fuerte cuando llegaron las denuncias en medio de un contexto de mucha legitimidad para él. Muchas personas lo querían y creían que era la persona que decía ser, incluida yo. Hasta que me pasó lo que me pasó; abuso sexual y violencia psicológica”.
Tras conocerse, las mujeres víctimas de Miguel, se dieron cuenta que el modus operandi era el mismo. Se hacía amigo de ellas, y cuando las veía en situaciones de inestabilidad emocional o alcoholizadas, abusaba de ellas.
La Ibero tenía conocimiento de las denuncias de diversas alumnas, y conforme se hacían más públicas las agresiones, surgieron más víctimas. Por lo que determinó que las sanciones para Miguel sería que perdería la beca y el financiamiento de su titulación.
Además, no podría acercarse más a sus víctimas; sobre todo a una, que era del mismo pueblo que él. Sin embargo, nada se acató, el joven siguió acosando y violentándolas. A algunas con mensajes de texto; a otras, adentrándose en sus vidas sociales y familiares.
La joven tlaxcalteca agredida, cuenta que Miguel era su amigo, y que realizó una serie de acciones que la dejaron en un plano de total inseguridad. Se mudó junto a su casa y procuraba estar en los mismos círculos sociales que ella.
“Tengo muy claro que la universidad puso de su parte, y que hubo personas que buscaron justicia; entre ellas, el rector. Cuando yo di mi testimonio, me habló de forma humana y sin burocratizar el proceso. Pero hubo otras personas que revictimizaron seriamente”, comentó la joven tlaxcalteca.
Pese a esto, Miguel N. logró titularse, lo cual ha molestado a sus víctimas, quienes señalan que el pasado 26 de junio en las redes sociales de la Universidad Iberoamericana, publicaron su foto y lo felicitaron.
Para las estudiantes afectadas es muy importante alzar la voz en colectivo. Por lo que piden, que la institución asuma, reconozca y repare dicha revictimización hacia las jóvenes estudiantes.
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