Tlaxcala, Tlax. El artista Javier Farrera, nació en Chiapas, en la frontera con Guatemala y fue a los 15 años que se mudó a Tijuana, la frontera del norte, donde estudió en la Universidad Autónoma de Baja California y descubrió las artes, con lo que encontró el hilo que definiría su talento, el mural.
El trabajo del muralista está enfocado principalmente a lo comunitario, en zonas con altos índices de delincuencia, cuyo principal propósito es buscar que a través del arte, los jóvenes se sensibilicen y logren salir de situaciones de riesgo.
«Viajo mucho en México, tengo proyectos en diferentes lugares, muy distinto uno de otro, pero siempre con un sentido humanista y de generar un cambio».
En Zacatelco
Por invitación de la coordinadora académica de la escuela Simón Bolívar, Milén Aragón Domínguez, es que Javier llegó a realizar un mural conmemorativo en relación a las actividades por los 16 días de activismo a favor de los derechos humanos, en el municipio de Zacatelco, Tlaxcala.
“En especial, muchas de las actividades que realizaron los alumnos en relación a los 16 días de activismo, van encausadas en ayudar a los migrantes, razón por la cual fui escogido, pues es un tema muy sensible para mí”.
La institución se encargó de brindar a Javier Farrera todos los insumos necesarios para realizar la obra y así él solamente se dedicó a pintar y realizar los cambios necesarios a la obra conforme fue conociendo Zacatelco.
Acerca de la obra…
El mural “Regeneración y adaptación de la identidad”, está hecha en una de las paredes interiores del plantel, con una medida aproximada de 10 metros de largo por 4 de altura.
Aquí el artista colocó tres elementos representativos de la lucha migrante que ha visto muy de cerca y, con elementos sutiles, sumó el entorno que le rodea a la institución.
Quetzal
Para el artista, el quetzal representa sus raíces por ser chiapaneco y el cruce fronterizo de Guatemala, que es el primero que atraviesan las caravanas migrantes; una causa en la que ha estado muy cerca.

Vendedor
El muralista dice que el vendedor de frutos tropicales los va cargando en una canasta o chiquehuite, como le llamamos en Tlaxcala. Representa la riqueza cultural que van cargando las caravanas migrantes en su paso por México. Tiene elementos como la talavera y maíz que decoran esta parte, haciendo alusión a Tlaxcala, un lugar de refugio.

Ajolote
Sobre esto, el artista comentó que además de ser un animal endémico del centro de México, es una especie de transformación, capaz de adaptarse a cualquier ambiente, al igual que los seres humanos que en ese proceso de movilidad buscamos mejores fuentes de empleo y calidad de vida para nosotros, nosotras y los nuestros.

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