Qué tal, me llamo Tomás y te voy a contar mi experiencia subiendo el cerro del Cuatlapanga, en el estado de Tlaxcala, con algunas tomas realizadas por un servidor.
Pero antes, te mencionaré algunos detalles sobre este fantástico lugar.

El Cuatlapanga se encuentra en las faldas del Matlalcueyeth (Malintzi), su nombre significa “Cabeza Partida” en náhuatl, tiene una altura de 2900 metros sobre el nivel del mar y se localiza entre los municipios de Teacalco y San Antonio Cuaxomulco.
Y es precisamente en este último, donde se localiza la ruta normal para realizar el ascenso a la cima; dicho esto, ahora sí, comenzamos con la historia del recorrido.

Yo elegí ir un día domingo, para llegar ahí, utilice como guía la aplicación de Google Maps, pero siendo honesto, es un lugar al cual puedes acceder fácilmente, no es necesaria tanta ayuda; y si te desvías un poco, sin problema algún poblador de la zona podría ayudarte, son personas realmente muy amables.
La ruta normal de ascenso la encontramos en el Municipio de San Antonio Cuaxomulco, para llegar ahí, debemos llegar a la calle Guadalupe y del final de esa calle a la cima. En total encontraremos 14 capillas repartidas, y en la cima, un monumento de Cristo Rey.
Sobre el recorrido puedo decirles, que se concluye en poco más de una hora, dependiendo de la condición física de cada quién, no considero que sea un lugar difícil de subir. El camino es un sendero muy marcado y en muchas partes lleno de piedras, pero conforme vas avanzando, la vista panorámica se va volviendo cada vez más bella.
Poco antes de llegar a la cima, se encuentran unas cosas que llamaremos “miradores naturales”, desde los cuales tienes una vista increíble. Yo subí por la tarde, así que podrán darse una idea de los tonos que en el cielo se pintaban…

La cima…
Sin duda, fue lo mejor del recorrido, como les conté antes, ahí hay un monumento que apunta hacia Cuaxomulco, y también una antena, ¿recuerdan el significado del nombre? Pues ahí arriba les quedará muy clara la razón.
Aunque a mí, lo que más me gusto fue el imponente paisaje: arriba el cielo azul de un Tlaxcala aún sin contaminación, viendo hacía Teacalco con su dosis exacta de nubes, con sus perfectas formas y colores; y de frente, se le levanta el Matlalcueyetl. No tengo las palabras exactas para describirles lo sublimemente bello que se podía ver, abajo campos de sembradíos, arboles, barrancas, casas, carros, personas… y mientras tanto, yo andaba ahí arriba feliz existiendo.

Por la hora en la que subí me tocó ver el atardecer. Permanecí arriba hasta que concluyó. El regreso fue muy tranquilo (todo realmente), a pesar de que ya no había tanta luz. Pero bajé sin ningún problema después de haber tenido una fantástica experiencia.

Muy pronto estaré de vuelta con otras historias y fotos de algún lugar de nuestro bello Tlaxcala, y por favor, no pueden perderse una experiencia así de increíble, un respiro fuera de la cotidianidad no le cae mal a nadie.
Hasta la próxima.
