Tlaxcala. Un 23 de marzo de 1994 fue asesinado Luis Donaldo Colosio; candidato del PRI a la Presidencia de México. Para comenzar, tras su nombramiento el domingo 28 de noviembre de 1993, Colosio llegaría a Tlaxcala.
En ese momento; Álvarez Lima, gobernador de Tlaxcala, afirmó: “es un hombre que cuenta con los atributos personales suficientes para enfrentar una elección altamente competitiva, obtener un triunfo legítimo y gobernar con inteligencia y sensatez”. Además, prometió apoyar su candidatura y en su única visita a Tlaxcala, entregó obras y apoyos en algunos municipios del sur.
Así pues, el 3 de febrero de 1994 en Atlihuetzia, Colosio dio un discurso donde hizo un llamado al compromiso con la juventud tlaxcalteca y a la lucha por el futuro para Tlaxcala. Recalcando una dura realidad que Tlaxcala tenía desde la época de la Revolución Mexicana. Tlaxcala después de la lucha quedó devastada, la poca inversión hundieron a la entidad al menos con diez años de atraso. El orden y la recuperación apenas se asomaban a mitad del siglo XX y eso es algo que Colosio sabía.
«Así, he visto como municipios, comunidades, regiones, colonias, populares, ejidos, se debaten en condiciones verdaderamente precarias y que lo que requieren no es caridad. Lo que requieren es solidaridad para poder salir adelante: solidaridad no solamente del gobierno, sino de todos los mexicanos».
Por esa razón, durante su discurso, el pilar de su promesa en Tlaxcala fue: «combatir con esfuerzo redoblado a la pobreza, a la marginación, al atraso». Colosio no pasó de hace hincapié en el desarrollo de Tlaxcala; y con justa razón. Sus palabras conmovieron a los tlaxcaltecas.
Pero, dichas promesas aguardarían en un ataúd. El 23 de marzo de 1994, después de haber sido asesinado en Lomas Taurinas de Tijuana. En ese momento, Cuauhtémoc Cárdenas encabezaba un mitin en la zócalo de Tlaxcala; el vocero dio un documento que decía: “Mataron a Colosio, debes suspender el mitin”.
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