Tlaxcala, Tlax. El deporte ha logrado la unidad y convivencia de la comunidad, sobre todo el deporte local. Y resulta importante destacar los distintos roles que cumple la gente; por ejemplo, el rol de los deportistas, las personas que los apoyan (mejor conocidas como ‘porra’), los vendedores de bebidas y alimentos e inclusive los directivos del equipo deportivo. Para ello, te contamos sobre el ritual de beisbol en Yauhquemehcan.
La porra en el beisbol
Ser parte de una porra, por ejemplo, influye en el desempeño de los jugadores, tanto en contra como a favor. El ritual comienza desde el momento en el que se conoce el lugar y hora del partido, es decir, si el equipo será local o visitante y si será por la mañana o más tarde. En este sentido, el campo de juego local es la deportiva de San Dionisio Yauhquemehcan.

«Es levantarte a las 7:30 a. m. de un domingo, para cambiarte, preparar comida, snacks, y bebidas para el partido. Si da tiempo de desayunar, perfecto y sino deberás hacerlo en el camino, sobre todo si al equipo le toca ser visitante, es viajar por al menos 30 o 40 minutos», comentó la integrante de una porra.
Una vez en el sitio del encuentro, se debe buscar un lugar cómodo para sentarse. Influye si el campo es abierto, si hay muchos árboles o gradas. Luego, depende el desempeño de cada equipo.
«Recordemos que un partido de beisbol puede durar cinco, siete, nueve o más entradas de juego», resaltó.
Aquí la explicación de lo anterior:
- Son cinco entradas en caso de que un equipo anote 15 carreras más que su oponente.
- Siete si son 10 carreras más que el equipo contrario.
- Nueve si el partido va «parejo».
- Más de nueve, en caso de en la novena entrada estén empatados. El partido puede alargarse hasta que haya un desempate.
Por tanto, depende de las entradas que se jueguen se alargará o acortará el tiempo.
«Por ejemplo, en alguna ocasión siendo parte del equipo local, el partido comenzó a las 12:30 p. m. y concluyó alrededor de las 6:00 p. m., tiempo que para alguien que no es fan del beisbol le parecerá demasiado».
Victoria o derrota
«Ser fan, aficionado, porra o deportista no implica estar solo en las victorias. También significa apoyar a tu equipo en todo momento», destacó.
Una porra, procura celebrar y motivar a los jugadores de su equipo con cantos o «porras» dicho sea de paso acorde al momento. Es decir, si el equipo está en ofensiva (bateando) la porra debe ir encaminada al bateador, sin embargo, en algunos casos y en algunas porras también hay cantos para desconcentrar al pitcher o lanzador del equipo contrario.
Por otro lado, si el equipo al que se apoya está defendiendo (fildeando) las porras van dirigidas al pitcher, catcher, primera, segunda y tercera base, al short stop, fielder izquierdo, central y derecho.
«Diría que hay distintos tipos de porra: quienes respetan a su equipo y al contrario; quienes apoyan en
errores y aciertos; aquellas que sólo apoyan a su equipo cuando van ganando; quienes son irrespetuosas con el oponente y el umpire; aquellas que agreden verbal y/o físicamente a la otra porra o jugadores por diferencias en el campo y en el juego» explicó.
La pasión al deporte no es exclusiva de los jugadores. Incluye a su familia, amigos, conocidos y público en general. Se trata de diversión y entretenimiento con los límites pertinentes. Es disfrutar, emocionarse, gritar, cantar, o hasta llorar. Es un ritual porque se toma muy en serio un partido desde que se despierta hasta volver a casa.

Futbol en San Francisco Tlacuilohcan
Gabriel Gutiérrez, nos contó un poco de lo que implica el amor y pasión por el futbol en su entorno local. En primer lugar, forma parte de dos equipos de futbol: en UDG de futbol rápido y en La Granja de futbol 7. Él radica en la comunidad de San Francisco Tlacuilohcan, del municipio de Yauhquemehcan.
Las categorías en las que juega son semilibre y libre en futbol rápido, 7 y soccer. Los partidos suelen ser viernes, sábados y domingos.
Acudir a un partido de futbol requiere haber terminado sus labores, colocarse el uniforme, alistar tenis de futbol rápido y tacos para el soccer, tener lista una botella de agua y una prenda extra por si alguien necesita una playera o short. De ahí, sale de casa rumbo a la cancha, que para el rápido son de 5 a 10 min. y para el futbol 7 de 15 min. o más, ya para el soccer depende de dónde sea el partido y el horario en que se realice.
«Lo que me apasiona del futbol es como tal jugar, me emociona mucho, me da mucha adrenalina. Esos 50 minutos que juego se me olvida todo y solo me concentro en el futbol […] la emoción cuando metes un gol, cuando estás con presión de que van empatados», resaltó.
Su posición de juego es delantero izquierdo, ya que disfruta jugar por las bandas, y jugar a perfil cambiado para hacer recortes. Así mismo, ha sacrificado algunos momentos familiares o el acudir a fiestas, y un poco la escuela.
La influencia del futbol en su vida
El ambiente antes de los partidos suele ser tranquilo, aunque con un poco de tensión al no saber cómo estará el partido; por ejemplo, el no saber cómo va a reaccionará el otro equipo si el contrario va ganando.
Durante el partido, el ambiente es mucho más tenso, así lo comentó Gabriel.
«Y en caso de que el otro equipo lleve porra, en algunos casos hasta llega a intimidar. Por ejemplo si un equipo lleva porra y el otro no, le grita cosas a los jugadores y se van intimidando. Se pone pesado. Después del partido se enfrían las cosas».
Así mismo, el deporte le ha ayudado a Gabriel ha conocer nuevos y muchos amigos. Porque para él, el futbol une a las personas, te vuelve más sociable, y en general cuando alguien se llega a integrar a un nuevo equipo, termina por llevarse bien con todo. Normalmente su círculo social, son amigos de futbol.
Además, al jugar de 4 a 5 partidos cada fin de semana ha influido en su vida de forma importante. Ya que el resto de los días siente demasiado pesado su cuerpo, cansado y en caso de recibir golpes, también adolorido. Otro factor es que por partido paga de $25 a $30 para arbitraje y gasta en alimentos o bebidas después del partido, es decir, que en total llegar a gastar de $100 a $150 cada fin de semana.
En fin, hace falta que esa emoción, empatía y pasión al deporte, otros motivos sociales también lo hagan.
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