El tráfico y los congestionamientos viales producen enormes pérdidas económicas para las ciudades con los embotellamientos. Tlaxcala, a pesar de ser el estado más pequeño de México, generó un registro de 341 vehículos por cada mil habitantes en el año 2018.
Esta cantidad de vehículos tiene un impacto directo en los habitantes de la ciudad. Para ello, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) desarrolló el estudio “El costo de la congestión, vida y recursos perdidos”, en 2018.
Dicho estudio analizó las 32 ciudades más congestionadas, entre las que se encuentran la zona metropolitana del Valle de México, Monterrey, Guadalajara y Puebla-Tlaxcala. Se estima que el costo del congestionamiento en las 32 ciudades deja una pérdida económica de 94 mil millones de pesos al año.
Las pérdidas económicas se reflejan en la desigualdad social. La población que usa el transporte público es la que resulta más afectada. Se estima que estos usuarios pierden en promedio 69 mil millones de pesos anuales, impactando su economía familiar. Mientras quienes usan el automóvil pierden casi tres veces menos, 25 mil millones de pesos. Ampliando así la brecha de desigualdad en movilidad.
Estas pérdidas, en cuestión de tiempo, equivalen a 118 horas al año. Pérdidas para los usuarios del transporte público, y solo 71 horas para los usuarios del automóvil.
La desigualdad también se refleja en las inversiones para realizar obras de infraestructura. Siendo que, en las 32 ciudades analizadas, más del 39% de la población usa el transporte público, y este solo recibe 1.2% del presupuesto federal para movilidad. Mientras que, para realizar obras de infraestructura a favor del automóvil, se invierte un 47% del presupuesto federal para movilidad. Cuando menos del 25% de la población la usa.
Los Embotellamientos en Tlaxcala
Las zonas con mayor congestión vial que afectan al estado de Tlaxcala son Puebla-Tlaxcala, con la posición 4, dentro de las 32 ciudades analizadas, y en el lugar 29 la zona Tlaxcala-Apizaco.
La primera deja en promedio una pérdida económica de 4 mil 500 millones de pesos; en tiempo, esto equivale, por ejemplo, a ver 76 películas, leer 29 libros, tomar 10 cursos en línea, jugar 76 partidos de fútbol y competir en 114 carreras de 10 km.
Para la zona de Tlaxcala-Apizaco, la pérdida económica por los embotellamientos es mayor a los 170 millones de pesos, equivalente a perder el tiempo para ver 19 películas, leer 7 libros, tomar 2 cursos en línea, jugar 19 partidos de fútbol y competir en 29 carreras de 10 km.
Los resultados de este estudio reflejan la realidad de las ciudades y la movilidad en la actualidad, con ello, la gran necesidad existe para realizar inversiones que creen un transporte público eficiente, limpio y seguro, al igual que impulsar infraestructura para la movilidad no motorizada.
Los embotellamientos pueden sobrellevarse realizando en conjunto una serie de acciones urbanas, como impuestos verdes (tenencias e impuesto sobre la gasolina) al uso del automóvil privado, hacer eficiente el uso del espacio público con una buena gestión en proyectos sobre parquímetros, cobro de vialidades urbanas, cargo por congestión o implementación de límites máximos de unidades.
Sin embargo, la mayoría de las ciudades y autoridades en México piensan en aliviar el tráfico construyendo más carriles; en Tlaxcala, podemos comprobarlo con la reciente inauguración del distribuidor vial de El Molinito, en la carretera Tlaxcala-Apizaco. Como ya hemos mencionado en este espacio, intentar solucionar el tráfico con más carriles es como intentar solucionar la obesidad con tallas más grandes.
Esto es solo uno de los grandes retos que enfrentan las ciudades en la actualidad, donde ya no es posible seguir favoreciendo al automóvil entre sus calles. Es tiempo de concientizar, mejorar la calidad del transporte público e invertir en construir infraestructura para un sistema de movilidad más sustentable.
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