Tlaxcala, Tlax. Ha comenzado el mes del orgullo LGBT+, y es por ello que nos hemos dado a la tarea de hablar con distintos personajes que se sientan identificados con alguna de las siglas del movimiento. En esta ocasión toca la letra G, de Gay. Así se identifica Gustavo Adolfo, líder del Colectivo Diversidad San Pablo del Monte quien nos comentó el trabajo de la organización, así como los avances en materia de la diversidad sexual en su municipio.
La idea del proyecto nació desde Gustavo y su compañero, Alfredo Tlatelpa, desde el deseo de crear un grupo que actuara ante las problemáticas que vivían las poblaciones de la diversidad sexual en San Pablo del Monte. Al mismo tiempo, que pudiera darle solución, desde la sociedad civil y no con un grupo político.
Fue así que Alfredo inició con visitas a compañeros de la comunidad LGBT, pero no tuvo el éxito esperado. Mientras tanto, Gustavo encontró respuesta positiva, comenzando a interesarse en el involucramiento de personas trans y chicos gay.
Conformación del Colectivo Diversidad SPM
El Colectivo comenzó labores el año pasado, también en junio, cuando publicaron una convocatoria para llevar una comitiva/caravana a la marcha del orgullo LGBT+ en el centro de Tlaxcala, y que fuera de San Pablo del Monte.
Dos semanas antes del evento, no tenían el presupuesto económico, pero a una semana lograron publicar la convocatoria. Sin embargo, el transporte contemplaba a 45 personas y ese día sólo llegaron 7 u 8. Aún así salieron de San Pablo. Otro factor que influyó fue que el rey de la marcha de hace un año fue el compañero Alfredo, lo que motivó a la población de San Pablo del Monte.
Pero gracias a este ejercicio, Gustavo y el resto de los integrantes del Colectivo se dieron cuenta, de que hay bastante población por atender. Comenzaron a reunirse entonces cada 8 y 15 días para seguir construyendo el Colectivo Diversidad.
Hoy en día son un grupo de al menos 32 personas. Y cada vez se suman más integrantes, gracias a las acciones que han hecho de manera simbólica en el municipio. Por ejemplo, el homenaje en el panteón municipal a una compañera trans que falleció por crímenes de odio hace 20 años.
Así mismo, ha comenzado a integrarse otro colectivo, Yolotl Ozamalotl (corazón de colores) que abarca una población de adolescentes de entre 14-22 años. Mientras que el Colectivo Diversidad SPM se han enfocado a personas adultas y adultos jóvenes, de 18 años en adelante. Es decir, el trabajo de ambos colectivos permite diversificar la visibilidad de las poblaciones en distintas edades.
Obstáculos y dificultades del Colectivo Diversidad SPM
En ocasiones dentro del mismo Colectivo, Gustavo comenta que hay asperezas entre los integrantes, sobre todo con situaciones del pasado. Por el ejemplo, las chicas trans, más visibles en carnaval, aún recuerdan riñas de hace 5 u 8 años.
Otro factor importante es que a pesar de que pertenecen a la comunidad LGBT+ y de que la iglesia de forma institucional no permite o no tiene ‘bien visto’ la homosexualidad, ellos no se desligan de sus creencias y continúan apegados a los usos y costumbres del municipio. Es decir, viven y están presentes en la iglesia, tanto que dos chicos homosexuales tienen una mayordomía.
En su caso en particular, Gustavo siempre lo supo, desde que tenía uso de razón. Siempre se sintió distinto, tenía un apego diferente con niños y niñas.
“Los homosexuales no nos hacemos, sino que nacemos con esa orientación y la dinámica social nos va limitando en muchos sentidos: moralmente, psicológicamente, simbólicamente”, comentó.
No saben a quién contárselo por primera vez, no saben qué les van a responder. Se crean diferentes panoramas de las reacciones de su círculo social y las acciones que deriven de eso. Hay quienes incluso piensan en la muerte como la última alternativa.
La falta de visibilidad hace años
Ha sido al momento de las reuniones del Colectivo Diversidad que han salido a relucir los recuerdos de la infancia y adolescencia de quienes lo integran. Por ejemplo, los adultos de 30 o 40 años recuerdan cómo vivieron su proceso en el caso de las mujeres trans, cómo se hicieron visibles con su familia, amigos y en otros contextos sociales.
En ese entonces les decían cosas como que si eran gays tenían que tomar el rol de una mujer en la familia y hacer las tareas del hogar, ayudar a su madre a hacer las tortillas en la cocina de humo, entre otras actividades. Tuvieron que acoplarse a la sociedad de ese momento y las limitó en otros aspectos como su educación. Han tenido que salir adelante a veces sin apoyo moral, psicológico o médico.
En el caso de los chicos gays, Gustavo comenta que no se siente como mujeres ni se visten como ellas. Pero se limitaron en un pasado al no poder demostrar su orientación sexual y su expresión de género (sus ademanes, la forma de hablar, la forma de expresarse en público). Muchos se refugiaron en la ciudad de Puebla, como en parques o bares y al llegar a San Pablo actuaban como hombres para que nadie sospechara.
Ahora ya hay parejas de adolescentes gays agarrados de la mano en el parque, y la gente poco a poco lo ha ido aceptando. Así mismo, Gustavo comenta que se han ido insertado en el asunto político y en comités de feria o de padres de familia.
«La población LGBT+ está arraigada y apegada al círculo social, y vinculada fuertemente a las costumbres del municipio, sin que choque con su orientación sexual», comentó el líder del Colectivo Diversidad.
El alcance del trabajo
De acuerdo con Gustavo, el trabajo del Colectivo Diversidad va por muy buen camino, pues el sábado pasado se inauguró el segundo Centro de Atención a Poblaciones de la Diversidad Sexual. Por lo que ya cuentan con una agenda para atender a chicos adolescentes que buscan reconocer quiénes son.
Así mismo, este año San Pablo del Monte tendrá una logística para estar presentes el sábado en la marcha del orgullo en la capital del estado. Su caravana en esta ocasión será de al menos 35 metros.
Por otro lado, con lo que respecta al trabajo en torno a visibilizar el movimiento y crear cada vez más colectivos, pues algunas poblaciones como las indígenas son discriminadas por no formar parte de la hegemonía blanca. A lo que Gustavo dijo:
“La población morena e indígena también cuenta. Se puede hacer un trabajo, se puede luchar desde sus comunidades”.
Lo que se busca a partir desde el Colectivo Diversidad es crear grupos de apoyo a las nuevas generaciones, que se desenvuelvan sin miedo a ser quienes son.
Puedes encontrarlos a través de Facebook.
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