En una noche llena de magia y tradición, Huamantla, se ilumina con la celebración de La noche que nadie duerme. Este evento anual, considerado uno de los más importantes de la región, atrae a miles de visitantes y locales, quienes se sumergen en un mar de color y emociones que llenan las calles y dejan un recuerdo inolvidable.
Origen y significado de «La noche que nadie duerme»
La noche que nadie duerme es una festividad arraigada en las tradiciones tlaxcaltecas, que tiene sus raíces en la celebración prehispánica en honor a Xochiquetzalli, diosa de las flores y la fertilidad, y de la que se tiene registro histórico desde el siglo XVIII, realizándose ininterrumpidamente desde 1941. La leyenda cuenta que, en el pasado, la virgen de la Asunción era trasladada en procesión desde el convento hacia su santuario porque lo que a la medianoche, la virgen y sus fieles recorren las calles que se adornan con tapetes en honor a esa virgen que hoy en día es la Virgen de la Caridad. Esta costumbre evolucionó con el tiempo y se convirtió en una fiesta popular que se celebra cada año el 14 de agosto.
Huamantla, un mar de color que inunda las calles
Desde el atardecer, las calles de Huamantla se llenan de color y vida. Los habitantes del lugar y los turistas, portan faroles de diversos tamaños y formas, se congregan en la Plaza de Toros. Ahí se enciende una enorme vela en el corazón de la plaza. La llama de esta vela simboliza la luz que guía el camino de la virgen de la Caridad durante la procesión.

Un espectáculo pirotécnico inolvidable
La culminación de «La noche que nadie duerme» es un espectáculo pirotécnico deslumbrante. Los cielos de Huamantla se iluminan con fuegos artificiales que reflejaban la alegría y emoción de los asistentes. Los colores y las formas en el cielo dejan a todos maravillados, creando una atmósfera mágica y festiva.
El impacto turístico y cultural de la celebración

La celebración de La noche que nadie duerme tiene un impacto significativo en la economía local, ya que miles de visitantes llegan a Huamantla durante el evento, generando ingresos para los comercios y servicios turísticos. Además, promueve la preservación de las tradiciones locales y fortalece el sentido de comunidad entre los habitantes del pueblo mágico.
Se trata de una fiesta que trasciende el tiempo y conecta a generaciones enteras con sus raíces culturales y religiosas. El encanto de las calles iluminadas, la emotiva procesión, y el espectáculo de fuegos artificiales hacen de esta celebración sea un evento único que deja una impresión duradera. Huamantla sigue brillando como uno de los destinos culturales más encantadores de México, manteniendo viva su identidad y tradiciones a través de esta mágica experiencia nocturna.

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