Iván es doctor. Estuvo en área Covid desde agosto, ¿Cómo llega al 2021?

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Amaxac de Guerrero, Tlax. En este fin de año se siente una atmósfera mezclada de sentimientos. Emociones que atraviesan un terreno aún incierto respecto al momento en que podremos bajar el telón de esta obra global de la humanidad llamada Covid-19. Durante 2020 como ciudadanos han habido posiciones y acciones polarizadas respecto a la atención de las medidas sanitarias. Todo esto ha desencadenado en la manera en la que estamos viviendo este 31 de diciembre.

Alrededor de este cúmulo de experiencias colectivas recorridas por más de 9 meses desde que la pandemia llegó a Tlaxcala y Puebla, platicamos con Ivan Atonal, médico cirujano de 28 años quien desde agosto se ha desempeñado en el equipo Covid del Hospital General Zona Sur de la Ciudad de Puebla, y que desde el inicio de la pandemia estuvo consultando de manera privada en Tlaxcala.  Para él, en ambas entidades la situación es parecida, en lo bueno y en lo malo.

Desde su casa, en Amaxac de Guerrero, nos cuenta a través de una videollamada sobre su proceso personal desde que se enteró del primer caso de Covid-19 en México, pasando por el primer caso que le tocó atender, los sentimientos que han estado presentes estos meses en la realización de su práctica profesional, hasta lo que observa en los hospitales este fin de año y el panorama que mira para 2021.

Para inicios del año, comparte antes de iniciar con la entrevista que ha decidido renunciar a su puesto en los próximos meses para poder estudiar una especialidad médica en traumatología y ortopedia, a la que tiene claro que ingresará en marzo. 

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Puedes continuar leyendo la entrevista o mirarla aquí en video:

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Sobre los primeros meses conviviendo con Covid-19

Iván, este es un año que ha planteado la posibilidad de hacer muchos cambios a nivel personal y profesional. Justo alrededor del año nuevo, la esperanza o desde esto que nos plantea lo que se viene, me da mucho gusto que me compartas tus planes para el 2021. Vienen cosas buenas para todos, para hacer cambios. Pero regresando un poco en el tiempo, ¿Qué pensaste cuando supiste del primer caso de Covid en el país? 

Mi reacción como la de muchas personas, más allá del punto de vista profesional, era que esto pintaba para ser un año muy complicado porque ya teníamos conocimiento de que era una enfermedad muy contagiosa. Probablemente no afecta la salud de todos los pacientes que lo contraen, pero si se comenzaba a saber que pocos pacientes eran gravemente afectados. Y por toda la cultura de México, como somos los latinos en general, los tlaxcaltecas y los poblanos, somos muy dados a saludar de mano y de beso, a despedirnos con un abrazo, a juntarnos.

Toda esta gran actividad social que nos distingue fue el gran talón de Aquiles de nuestra sociedad porque a pesar de que se insistió mucho a través de medios de comunicación y autoridades que se impusiera un distancia social, que no se realizaran actividades no esenciales, eso no fue suficiente para que la gente empezara a hacer consciencia. Y desgraciadamente eso es algo que acarreamos hasta la fecha. Nos cuesta entender como sociedad que el distanciamiento social salva vidas, que es necesario. Nos ha faltado disciplina.

Desde entonces yo lo vislumbre. Pinta para que haya muchos contagios, y efectivamente así fue.

Yo revisaba una herramienta estadísticas de una universidad en Estados Unidos que iba prediciendo el número de contagios, muertes confirmadas y las estimadas. Los número reales han sido muy fidedignos a estas curvas. Pintaba para que a finales del 2020, las muertes en México fueran alrededor de 120,000 y efectivamente, estamos a punto de llegar a los 125,000.

La misma curva nos predice que para el 31 de enero del 2021, habrá 145,000 muertes; para el 9 de febrero, 150,000; para el 13 de marzo, que es cuando se cumple el año del inicio de la pandemia y confinamiento en México, serán 165,000 muertes. A esto tendríamos que sumarle las estimadas, las que no se detectaron. Y pues es un escenario triste tanto para la sociedad como para los profesionales de la salud.


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El primero de todos, que fue en el ámbito privado, fue mi tío. Me habló y me dijo ‘Necesito que me cheques porque me siento mal y empiezo a sentir que ya no huelo’. Lo fui a ver. Ya se comenzaba a saber que este virus se transmite principalmente por el flügge, que son las pequeñas gotitas que salen al respirar. Entonces me acuerdo que llevé cubrebocas N95, gafas y entré a verlo. Ya en ese entonces me había informado porque me había preparado para eso. Investigué acerca de tratamientos que aquí en México tardaron mucho en salir pero en EU afortunadamente salieron. Y afortunadamente eso me sirvió para darle un tratamiento oportuno a mi tío que tuvo un cuadro moderado, ni siquiera fue leve al inicio.

Honestamente, sí me dio miedo, además de ser un paciente cercano, el no ser capaz de resolver esto o que haciendo las cosas de la mejor manera se fuera a complicar porque el Covid era y es todavía una enfermedad muy impredecible. Aunque me protegí bien, me dio miedo acercarme porque es una enfermedad infecciosa, pero afortunadamente todo salió bien. Mi tío estuvo en reposo, en un estado mas o menos delicado, pero estable 10 días con oxígeno, medicamentos y vigilancia en casa constante. Afortunadamente todo salió a flote.

En el ámbito público, recuerdo que mi primer paciente se llamaba Esteban de aproximadamente 50 años. Él era comerciante ambulante y recuerdo muy bien que me comentó ‘Doctor, si yo hubiera sabido que esto era real, que no era mentira de gobierno, que no era mentira de la gente para asustarnos, no hubiera salido de mi casa, me hubiera protegido, hubiera cambiado mi forma de hacer comercio’.

Este paciente desgraciadamente fue intubado y desgraciadamente falleció dos semanas después. Por eso es que lo recuerdo bastante.

Mucha gente desgraciadamente se da cuenta que no fue mentira, que los medios y autoridades nunca exageraron. Se dan cuenta hasta que están en un estado de salud delicado y están ya en el hospital.

Sobre el hospital para pacientes con Covid-19

Justo la jornada, el tipo de vida para muchos sigue siendo igual, como si nada hubiera pasado. Se siguen organizando encuentros sociales sin cuidar protocolos de sana distancia que desde marzo conocemos. Pero las jornada que sí han cambiado son las de profesionistas de la salud.

Al respecto, Ivan rememora lo que ya se ha contado a lo largo de este año. Periodos de 8 a 6 horas en los que el personal de salud no puede quitarse su traje de protección. No puede comer, ir al baño o sonarse la nariz. Jornadas largas y extenuantes en donde mientras la curva más crecía, mayor la atención hospitalaria, mayor la exposición al virus y el riesgo de contagiarse y llevar a casa la enfermedad.

Un reto que le ha demandado al personal en hospital no solo generar mecanismos de protección como la compra de su propio material, pues como comparte Ivan el sector salud no ha garantizado las condiciones idóneas que lo llevó a comprarse su propia máscara, a hacer su propia inversión; pues también ha requerido de la actualización constante y de hacer consensos respecto a los tratamientos, lo que ha implicado atravesar un océano de noticias falsas.

Ivan, ¿Recuerdas algún momento de debate muy acalorado con tus compañeros respecto a desinformación sobre medidas y protocolos en el uso de ciertas cosas?

Sí, bastante y hasta la fecha pasa. Bueno, en el área Covid sí se llega a un consenso porque a final de cuentas es un equipo, los pacientes cambian de médico cada 8 horas y pues tienes que ponerte de acuerdo. Ahí sí hubo consenso después de mucho intercambio.

Hasta la fecha hay mucha desinformación en los médicos incluso sobre cómo tratar el Covid, cómo diagnosticarlo, qué medicamentos dar y con qué razones. Al inicio muchos médicos tenían la idea de dar dióxido de cloro, pero no, esto está mal. También administrar en pacientes hidroxicloroquina o azitromicina, pues ya sé ha comprobado que estos medicamentos no sirven.

Llegamos al consenso en el área para que por favor no se diera estos medicamentos porque no son benéficos y se les quita a otro tipo de pacientes con enfermedades como lupus que usan la hidroxicloroquina. Y además, aunque no se la quitemos a nadie, le traemos riesgos a los paciente. Recordemos que todos los medicamentos llevan un riesgo de reacciones adversas por eso que en un paciente que es indicado, se administra porque vale la pena ese riesgo por el beneficio.

Esa ha sido una de las grandes disyuntivas con mis compañeros.

Pero gracias a los conn y a verificar con bibliografía que no se deben dar estos medicamentos, tampoco dióxido de cloro y otros remedios.

Desgraciadamente, en la medicina privada me di cuenta que muchos médicos lo siguen haciendo. Desconozco la razón. Yo en redes sociales, al menos en mi círculo social por WhatsApp y Facebook trato de compartirles a mis compañeros links de las nuevas actualizaciones, de las guías de Estados Unidos que primero han llegado a nosotros y que están certificados. Con cualquier pretexto trato de hacer divulgación.

Pero aún así es difícil porque ciertos compañeros médicos no lo hacen y desgraciadamente caen en las fake news como muchas personas, ellos como médicos. Y lamentablemente la replican, porque además de que la hacen suya, la replican en los tratamientos con sus pacientes. 

Eso hablando de las disyuntivas, pero hablando de los encuentros, desde lo positivo de todo este aprendizaje que deja la pandemia, todo el conocimiento y auto-reconocimiento de lo que se puede hacer como persona y como equipo, ¿Qué es lo más has valorado de estos meses de trabajo en área Covid?

Yo creo que la perseverancia y la fortaleza del personal de salud. Se ha mostrado en general fuerza y unidad porque no es fácil entrar ahí, no es fácil cuando en tu casa te esperan tus papás o tu esposa e hijos. Siempre existe la posibilidad de que por cualquier error humano te lleves el virus a casa y esto te da miedo, te pone a pensar si vale la pena. Pero a pesar de esto, todos mis compañeros han regresado todos los días a estar al frente de la batalla y es algo tengo que reconocer, esa fortaleza para sobreponerte el miedo, a la incertidumbre, a la carencia de insumos, muchas veces al maltrato de la gente.

Compañeros cercanos a mí no han sido agredidos, pero hemos conocido de casos a través de noticieros y nos dio cierto temor, porque era injusto, ¿Cómo es posible que yo estoy cuidando probablemente a familiares de esas personas y recibir ese trato en la calle? Sobreponerte al miedo de la gente creo que es de admirar la fortaleza de todo el personal de salud y se lo reconozco a todos mis compañeros.

La familia, el cierre de año y las motivaciones para seguir

Como ciudadanos esa situación nos indignó demasiado. Como personal médicos seguramente también con muchos sentimientos encontrados alrededor de recibir esa respuesta de personas que quizá no entendían lo que implicaba el Covid-19. Recientemente aquí en la entidad tuvimos un caso en el que familiares dejaron en muy mal estado a persona de seguridad de un hospital. Pero, regresando al tema lo que nos toca a nosotros de manera personal, ¿Con tu familia cómo has llevado todo? ¿Con quién vives? ¿Qué cambió? 

Tengo 28 años, no estoy casado, vivo con mis papás y mis hermanos. Allí se ve cuál era mi miedo, el regresar y contagiarlos. Por eso maximizo las medidas de seguridad y de higiene, por eso me compré la máscara, porque sé que si yo no me contagio, no voy a contagiar a mi familia.

Con ellos la convivencia ha sido buena. Al inicio, en cuanto a los hábitos, adecuarnos al confinamiento fue difícil porque entra este factor humano de la negación al cambio. Me costó bastante a mí y me costó con mi familia, recomendarles, pedirles que salieron lo mínimo, que las compras se hiciera una o dos veces por semana, no salir, no dar abrazos ni dar la mano.

Afortunadamente con reforzamiento y con el hecho de pedirlo por favor, de explicar que todo esto es por amor, porque queremos que todos estén bien, eso me ayudó a que mi familia lo acatara y lo aceptara y ahora colaboremos todos de la mejor manera. 

Su hermana así lo reconoce en Facebook:

covid-doctor-Tlaxcala-Puebla

Claro, ha sido muy complejo. Lo veo en nosotros, como periodistas el hecho de tener que salir a cubrir cosas nos pone en una población de riesgo frente a Covid al ser también una actividad prioritaria, de las que no paramos, pues también en casa pasé por algo similar. Y ha sido paulatina la consciencia sobre las implicaciones de esta pandemia. En la revaloración del año, ¿Cómo es que el hospital está cerrando el 2020? ¿Cómo se siente al interior el hospital?

Mal. Hubo un periodo en todo México más o menos a finales de agosto y a mediados de octubre en donde aparentemente se tranquilizó. La llegada de pacientes se había disminuido, se había estabilizado, las áreas ya no estaban saturadas, el personal tuvo un respiro, no estábamos tan estresados. Cuando hay muchos pacientes, disminuye la calidad de atención y es difícil porque cada uno merece la mejor atención. En ese momento, se vislumbraba optimismo en todo el gremio, pero al haber el repunte y cuando ya se hizo más explícito en diciembre, pues pegó por muchos lados.

Primero, anémicamente porque volvió esa pesadez en el ambiente de la carga de trabajo porque había muchos pacientes Covid, de que probablemente habría fallecidos, habría intubados, habría gente complicado. Las jornadas extenuantes, salir tarde de tu hora, muchas veces no permitirte esa hora al inicio y al final que agarramos para ir al baño y comer. Es entrarle porque hay 1000 pacientes y no hay fin. Estrés, born out. La mayor preocupación es llegando a casa porque cada paciente eleva el tiempo de exposición.

Algo que también ha sido una carga emocional negativa, fue el hecho de que los pronósticos de que la pandemia se controlara a principios del 2021 se viniera abajo.

Hay mucho pesimismo porque se vislumbra que no se controle hasta mediados del año. Se preve que la cifra de fallecidos se estabilice a mediados de enero y disminuya paulatinamente. Sin embargo va a ser lento porque los contagios seguirán subiendo hasta mediados de enero. En ese sentido, pues hay pesimismo y tristeza en el gremio porque lo que se veía cerca, finalmente se va alargar más.

¿Cómo pasaste la Nochebuena?

En casa, afortunadamente. Este último mes estuve en la mañana, entonces tuve que laborar el 24 y 25 en la mañana, pero en la nochecita estuve con mi familia. Entonces me fue bien. Me tuve que levantar muy temprano al día siguiente, pero la cena la pasé en casa.

Para ir cerrando Ivan, ¿Recuerdas que hayas dicho ya hasta acá, pero algo que te haya motivado a continuar?

Creo que dos veces. Dos pacientes que estaban francamente graves. No eso a ellos, pero es a los que tengo en mente. El señor Esteban, que te comentaba, y la señora Aurora, ambos comerciantes ambulantes. A mí no me toca juzgar a nadie, pero por x o y razón nunca creyeron en el Covid y no tomaron medidas de protección. Las palabras de ambos fueron parecidas: ‘Doctor, por favor quíteme esta sensación de que me ahogo. Por favor, no me intube’. Y después fue: ‘Bueno, si me va a intubar le pido que por favor le diga a mi familia que la quiero mucho’. Prácticamente todos los que se intuban dicen lo mismo, presienten cosas malas. Estos pacientes como doña Aurora y don Esteban sí me han dicho estas palabras que han tocado fibras sensibles y por eso los tengo muy en mente.

En el caso del señor Esteban, pues falleció. Pero la señora Aurora, afortunadamente es uno de los pacientes que se pudo recuperar. Al final, nos dio las gracias a todos, nos dio su bendición y eso es algo muy bonito. El agradecimiento de los pacientes en lo que te impulsa a seguir. En el ámbito privado relativamente es más tranquila la actividad, los tiempos y los recursos porque el paciente los va a adquirir. Pero algo muy bonito de la medicina pública es que los pacientes son muy agradecidos. Se siente cobijados, atendidos.

Muchas veces es gente de escasos recursos que ven que estás allí, que estás con ellos. Incluso platicas con ellos de tanto tiempo que están ahí, les preguntas e inevitablemente creas lazos porque hay algunos que tienen estancias largas desde 10 días hasta 3 meses. Y al final, su agradecimiento es lo que te reconforta. Muchas veces piensas si vale la pena el riesgo. Entras en temas filosóficos al ver que la sociedad no es agradecida, pero cuando en lo individual esos pacientes te lo agradecen es cuando te llenas de ánimos para seguir adelante.

Si tuvieras que definir el 2020 en 5 palabras, ¿Cuáles serían?

Fortaleza – Familia – Vida –  Gratitud – Salud

Y si nos tuviéramos que aventurar a pensar en el 2021. Más bien, ya te estoy haciendo que te aventures a pensar en el 2021, ¿Cómo lo definirías en 5 palabras?

Incertidumbre

Salud, porque va a estar en juego la salud de todos en 2021

Esperanza, creo que aunque sea un poquito, creo que ya estamos más cerca del final que en 2020

Y de igual manera, familia y trabajo.

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