Tlaxcala, Tlax; Este día se cumplen tres años de la desaparición de los 43 normalistas, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapan, y aunque el movimiento de exigencia por su aparición ha ido perdido fuerza, las madres y padres no ha dejado de exigir la aparición con vida de sus hijos, sin embargo, el gobierno mexicano ha sido incapaz de dar respuesta, todo lo contrario ha sido acusado de omisión, no sólo por las familias y normalistas, sino por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Las calles quizá no se tomarán como hace tres años, pues nos duelen los acontecimientos recientes en nuestro México, pero sin duda estos momentos en los que la solidaridad se ha vuelto una acción cotidiana, es cuando estamos obligados a no olvidar.
Cómo olvidar si se siente la misma tristeza por la muerte de las 331 personas muertas por el sismo del 19 de septiembre, por Mara y todas mujeres víctimas de los feminicidios, cómo olvidar a esas seis personas que fueron asesinadas en Iguala en 2014, esos estudiantes que eran el presente de México y que eran el futuro de la educación. Cómo olvidar si, se siente la misma angustia y esperanza cuando leemos las noticias esperando que los rescatistas encuentren a una persona más, deseamos que esté viva; esa es la misma sensación de angustia y fe que sienten las familias de las mujeres y niñas desaparecidas como Karla, nuestra Karla; eso sienten, angustia y esperanza, las familias de los 43, nuestros 43, porque también son nuestros.
Porque así como hay miles haciendo todo para encontrar vida, para llevar comida y para construir casas, para acompañarnos y sanarnos después de los últimos sismos; así debemos mantener nuestra solidaridad con las familias de los 43, con las familias de todas las mujeres asesinadas o desaparecidas, con todas las familias que han perdido a sus hijos por la violencia que vivimos todos los días en nuestro país.
Les debemos memoria, respeto y las gracias, no solo por la lucha incansable sino porque en el camino le dieron la tranquilidad a otras familias, pues su exigencia y constancia lograron que las autoridades abrieran fosas. En esas fosas estaban nuestros desaparecidos, esos que quizá nunca nadie busco “porque así es en México”, pero que dieron tranquilidad a sus familias.
Les debemos memoria, les debemos recordar sus nombres, ellos son:
- Abel García Hernández,
- Abelardo Vázquez Peniten,
- Adán Abrajan de la Cruz,
- Antonio Santana Maestro,
- Alexander Mora Venancio,
- Benjamín Ascencio Bautista,
- Bernardo Flores Alcaraz,
- Carlos Iván Ramírez Villarreal,
- Carlos Lorenzo Hernández Muñoz,
- César Manuel González Hernández,
- Christian Alfonso Rodríguez Telumbre,
- Christian Tomas Colón Garnica,
- Cutberto Ortiz Ramos,
- Dorian González Parral,
- Emiliano Alen Gaspar de la Cruz,
- Everardo Rodríguez Bello,
- Felipe Arnulfo Rosas,
- Giovanni Galindes Guerrero,
- Israel Caballero Sánchez,
- Israel Jacinto Lugardo,
- Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa,
- Jhosivani Guerrero de la Cruz,
- Jonas Trujillo González,
- Jorge Álvarez Nava,
- Jorge Aníbal Cruz Mendoza,
- Jorge Antonio Tizapa Legideño,
- Jorge Luis González Parral,
- José Ángel Campos Cantor,
- José Ángel Navarrete González,
- José Eduardo Bartolo Tlatempa,
- José Luís Luna Torres,
- Julio César López Patolzin,
- Leonel Castro Abarca,
- Luis Ángel Abarca Carrillo,
- Luis Ángel Francisco Arzola,
- Magdaleno Rubén Lauro Villegas,
- Marcial Pablo Baranda,
- Marco Antonio Gómez Molina,
- Martín Getsemany Sánchez García,
- Mauricio Ortega Valerio,
- Miguel Ángel Hernández Martínez,
- Miguel Ángel Mendoza Zacarías
- Saúl Bruno García
Memoria también, para quienes este día, hace tres años perdieron la vida, asesinados y a quienes aún no se les ha hecho justicia, ellos son:
- Julio César Mondragón Fontes, estudiante torturado y desollado;
- Daniel Solís Gallardo, estudiante;
- Julio César Ramírez Nava, estudiante;
- David Josué García Evangelista futbolista, integrante del equipo de fútbol de tercera división, Los Avispones;
- Víctor Manuel Lugo Ortiz, chofer del autobús que transportaba al equipo de fútbol;
- Blanca Montiel Sánchez; pasajera de un taxi atrapado en el ataque.
En este momento en el que como sociedad hemos demostrado que podemos estar juntos para salvar y ayudar a los nuestros, les debemos memoria a quienes nos han necesitado por años y hemos dejado atrás porque el mundo gira muy rápido.

