Actualmente, Tlaxcala es gobernada por la Lic. Lorena Cuéllar Cisneros. Pero tranquilo, apreciable lector, lectora, aquí no hablaremos de política, al menos no de política actual.
Quiero que piense en esto: si ya de por sí con una sola persona al frente del gobierno de nuestra querida tierra es difícil construir acuerdos o lograr echar a andar un proyecto, ¡imagine si tuviéramos dos gobernadores al mismo tiempo!
Sí, es una locura, pero así fueron las cosas en Tlaxcala durante más de 300 años.
Usted debe tener en cuenta que, durante el virreinato, Tlaxcala tenía un gobierno muy peculiar. Existían dos gobernadores en funciones al mismo tiempo: uno español y otro indígena.
Lo que quizás le sorprenda aún más es que, en la tierra de Tlahuicole, el gobernador indígena, elegido por la nobleza tlaxcalteca, tenía mayor influencia que el español.
Javier Clavijero, historiador que vivió en el siglo XVIII, escribió que el gobernador indígena “precedía” al español en sus funciones y señala que utilizaba una “carroza tirada por seis mulas”. En un contexto donde “ser español” era sinónimo de poder y posición social, Tlaxcala era la excepción.
Y, por supuesto, esto provocó recelos entre los españoles avecindados en Tlaxcala.
En 1716, Manuel de la Rosa, Gobernador Español de Tlaxcala en aquel entonces, se quejó amargamente con el Virrey por estas prerrogativas, escribiendo que causarían “petulancia y soberbia entre los indios”.
Esto ocurrió después de que algunas de las pocas atribuciones que aún tenía el gobernador español fueran descuidadas por él y el Virrey decidiera delegarlas en el cabildo de Tlaxcala.
En 1726, una década después, el cabildo indígena realizó inspecciones a los comercios de vecinos españoles en la ciudad de Tlaxcala y encontró que cierto panadero no daba, como diríamos hoy, “kilos de a kilo”. Esto desató la inconformidad entre todos los comerciantes españoles que se quejaron diciendo: “es lástima dejarse gobernar [por] indios”.
El asunto creció y los españoles de la ciudad reclamaban tener una posición especial, como la tendrían en cualquier otra parte de la Nueva España.
Querían que “los indios”, como los llamaban, estuvieran sujetos a ellos y no al revés. Finalmente el Virrey Juan Vázquez de Acuña y Bejarano, el 11 de septiembre de 1726, emitió un decreto en el que ordenaba que se respetaran los privilegios de los Tlaxcaltecas, a saber:
“se (…) cumpliesen y ejecutasen todos los despachos librados a favor de la Muy Noble y Leal Ciudad de Tlaxcala, sin entrometerse en el gobierno de la ciudad, (…), ni pretender más jurisdicción que aquella que le tocaba. Y que todos los españoles [de la Provincia de Tlaxcala] hubiesen de estar y pasar por lo que dicha ciudad, su cabildo y regimiento de los naturales ordenase”.
Sí, en Tlaxcala los patos le disparaban a las escopetas.
Bibliografía: Martínez Baracs, Andrea. (2008) Un gobierno de Indios. Tlaxcala, 1519-1750. Fondo de Cultura Económica.
Escenario Tlaxcala trae para usted la columna histórica «Maravillas tlaxcaltecas», disponible el último jueves de cada mes.
Iván Corona
Artesano y divulgador de la Historia de Tlaxcala, originario de Xicohtzingo.
Editor de la página de Facebook Tlaxcala, La Conquistadora, dedicada a la divulgación histórica.
Titular del podcast quincenal Tlaxcala, La Conquistadora, el podcast, en el que ha entrevistado a diversos historiadores de origen tlaxcalteca.
También es cotitular del programa cultural y de divulgación de historia “Memes Históricos El Podcast”.
Además, ha presentado conferencias sobre historia de Tlaxcala en la comunidad de San Pedro Xochiteotla, y San Pedro Tlalcuapan del municipio de Chiautempan y en el Palacio de la Cultura de la ciudad de Tlaxcala.