En Tlaxcala, persisten relatos sobre la existencia de los ateteos de Texóloc, una «raza de duendes» que, de acuerdo con la tradición popular, habitan en zonas escabrosas como pozas, peñas y cuevas.
Se cree que estos seres suelen aparecer principalmente ante los niños, aunque en la comunidad de San Damián Texoloc hay adultos que afirman haberlos visto.
Los relatos sobre los ateteos en esta región son tan comunes como las historias de brujas y nahuales.
Se dice que, si alguien captura a uno durante la fase menguante de la luna, el duende está obligado a conceder tres deseos antes del amanecer. Y de no cumplirlos, se convertirá en arena al salir el sol y perecerá.

Testimonio
Una habitante de Texoloc recuerda un encuentro de su infancia con estos seres:
«Mi hermana y yo fuimos a tirar la basura cerca de la milpa y ella vio a un ateteo. Hacía ruidos extraños, como los de un venado, y tenía patas parecidas a las de un loro. Era un ser extraño, como un animal. Ella lo vio claramente y se puso a llorar del miedo.»
Otro testimonio hace referencia a la presencia de estos duendes en las zonas donde las mujeres solían lavar ropa:
«Antes, muchas mujeres iban a lavar al río, pero en la noche veían a varios niños desnudos con jícaras en la cabeza. Lanzaban las jícaras a quienes los miraban»
El misterio de los ateteos de Texóloc
Podría interesarte: Los aparecidos en San Damián Texóloc
En la casa de Melitón, también se han reportado avistamientos:
«Un día, unos conocidos bajaban por un camino cuando comenzaron a ser atacados con piedras. Al día siguiente, regresaron para ver de dónde provenían los proyectiles, pero no había ni una sola piedra en el lugar.», relatan.

