Tlaxcala. La actividad política tlaxcalteca tiene raíces prehispánicas, fue a partir del siglo XIV que los tlaxcaltecas establecieron una forma de gobierno compartida, similar a la de una república, conformada con la unión de cuatro señoríos al servicio de sus territorios: Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuiztlan. Con el tiempo estos cargos públicos han pasado de ser un puesto al servicio de la comunidad a un puesto que da poder para cubrir los intereses personales de algunos funcionarios en cualquier ámbito social.

La mayoría percibe un cargo público como espacio de poder, no de servicio
En Escenario Tlaxcala aplicamos una encuesta a personas de: Tlaxcala, Tepetitla de Lardizábal, Panotla y Totolac, para conocer cómo se percibe en nuestro estado el concepto de cargo público: ¿servicio a la comunidad o posición de poder? El resultado fue claro. El 90 % de las personas encuestadas afirmó haber notado que muchas de quienes asumen una responsabilidad pública cambian su comportamiento frente a la sociedad. La mayoría —señalan— se vuelve prepotente, olvida lo prometido en campaña y actúa guiada por intereses personales.
También se mencionó que son pocas las personas que, al llegar a un cargo, muestran verdadera vocación de servicio comunitario o una preparación adecuada para tomar decisiones. La mayoría que aspira a ser funcionario lo hacen para ir escalando a puestos con mayores influencias.
Percepción de autoridad: entre el respeto y el temor
A su vez, preguntamos cómo percibe la sociedad a las personas que asumen cierto cargo. Ante esto, todos respondieron que han notado que tanto los miembros de una comunidad como los funcionarios son vistos como personas a quienes se les atribuyen privilegios y se les debe respeto. Incluso mencionaron que hay funcionarios a quienes se les ve con temor, debido a que poseen «mayor autoridad» y más facilidades para la resolución de problemas, como ocurre con los trámites administrativos en cualquier ámbito social.
Y no solo pasa en política y religión. Los entrevistados mencionaron que han percibido estas conductas también dentro de los siguientes ámbitos sociales: educativo, sector salud, laborales y culturales.
Pero esta percepción puede modificarse, lo que implica movimiento en las actividades de los actores sociales de tres formas que te vamos a contar. Pero antes, exploremos porqué pasamos de tener políticos con vocación de servicio a la comunidad a políticos con ambición de poder.
¿Cómo se resignificaron los cargos públicos?
Para comprender estas conductas sociales, entrevistamos a la socióloga Lucía Castillo, quien nos dio un amplio panorama en relación a lo que se ha concebido, desde tiempos remotos, respecto al servicio a la comunidad, cómo es que los cargos públicos son acaparados por una parte de la población causando una brecha de desigualdad social, también nos proporcionó algunos criterios personales para comenzar a eliminar la concepción que hemos creado de los cargos públicos.
Principalmente, nos habló de la resignificación que debería de existir con el término ciudadano, ya que en la Antigüedad solo era utilizado para hombres blancos y libres, nacidos de padres atenienses, con derecho a participar en la vida pública: votar, ser elegido, y tomar parte en las asambleas y juicios. Este concepto excluía a mujeres, esclavos y extranjeros (metecos). Actualmente, según la Real Academia Española (RAE), el término ha ampliado su significado para referirse a las personas que forman parte activa de un Estado, titulares de derechos políticos y sujetos a sus leyes.
Sin embargo, la aplicación de este término aún sigue excluyendo a gran parte de la comunidad. En muchos casos, los funcionarios tratan de acaparar los cargos públicos para que estos se concentren en una familia para totalizar los privilegios que deben corresponder a todas las personas que integramos una comunidad. ¿Algo distinto a lo que ocurría en la Antigüedad?
Totalizan la toma de decisiones, totalizan los recursos, totalizan y hacen cada vez más grande esta brecha de desigualdad, mencionó Lucía

¿Qué motiva la acaparación de estos cargos?
La socióloga mencionó que anteriormente se realizaba el tequio o faena, como lo conocemos en Tlaxcala. Se trata de un servicio que los habitantes debían realizar en beneficio de su comunidad, las actividades consistían en construir obras públicas, mantener caminos, cuidar templos, sembrar en tierras comunales, por mencionar algunas.
Lucía menciona que el sentimiento de cuidado a nuestros espacios se ha ido perdiendo por varias razones, entre ellas: el sistema industrial, el sistema capitalista y el clientelismo.
Hoy en día, varios cargos son asumidos con la promesa de generar un cambio social relacionado con la faena. Sin embargo, estos cambios no se concretan, ya que muchos funcionarios actúan motivados por intereses personales y no comunitarios. Ven estos puestos, como señala la socióloga, como un «trampolín político» para escalar hacia cargos con mayor poder.
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Al ocupar un cargo público se abre una brecha de desigualdad social, pues los funcionarios tienen facilidades de acceso como: visibilización, dinero, comunidades, contactos. Permitiéndoles tener un abanico de oportunidades sobre el resto de las personas que integran una comunidad.
Al hablar de desigualdad social nos referimos a la dificultad del acceso a ciertos servicios y derechos que deberíamos tener todas las personas que no ocupamos algún cargo público. Ejemplo de ello es la burocracia o el derecho a la libertad de expresión, mismas que han provocado que surjan agentes de cambio dentro de la sociedad, quienes se atreven a manifestarse a favor de la comunidad en general.

Mientras tanto, otra parte de la comunidad, al observar que los agentes de cambio se enfrentan a gobiernos cerrados donde no existe un diálogo gestado desde lo comunitario, comienza a adoptar una vida más individualizada. Las personas se van desconectando y perdiendo la capacidad de actuar políticamente y de integrarse en las decisiones colectivas.
¿Cómo podemos romper esta brecha?
Durante la entrevista, Lucía aportó, desde su criterio, tres puntos muy relevantes que pueden ser factores de cambio para dejar de ver a los cargos públicos como cargos de poder y retomar su concepción inicial: cargos al servicio de la comunidad.
- Adecuado uso de medios de comunicación: Desde la percepción de la socióloga, los gobiernos actuales hacen mal uso de los medios de comunicación, pues varias páginas oficiales son utilizadas para difundir información de las gestiones realizadas con el propósito de legitimar. En lugar de tomar estos medios a manera de propaganda, se podrían utilizar como puentes para generar comunicación entre la sociedad y funcionarios.
- Creación de redes de apoyo con políticos: Lucía mencionó que no todas las personas que ya cuentan con un cargo público se benefician de manera personal, sino que también lo hacen al servicio de las comunidades. Ella propone que las personas interesadas en pro de cambios sociales identifiquen a los funcionarios con la vocación de servicio con la finalidad de crear redes de apoyo y poder llevar a cabo las gestiones planeadas.
- Relación de políticos con la comunidad: Finalmente, recalca que las personas que se encuentran como funcionarios deben crear espacios abiertos al diálogo hacia las personas que no cuentan con ciertas posibilidades o servicios.
Esperamos que este artículo sea un ejercicio de reflexión tanto para las personas que integramos una comunidad sin ser servidores públicos como para las personas que aspiran a serlo y por supuesto para quienes ya son funcionarios. Recalcar que esos cargos son para realizar cambios sociales positivos, mas no para cubrir intereses personales.

